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A dos kilómetros de Cartes, uno de los pueblos más encantadores y blasonados de Cantabria, y a veinte kilómetros de Santillana del Mar, se alza la singular iglesia de Santa María del Yermo. Es una de las iglesias románicas montañesas más destacadas y, a la vez, menos conocidas. Este templo es un punto de encuentro donde la historia, la fe y la leyenda se entrelazan. Más que un simple edificio, es un testamento vivo del paso del tiempo, la resiliencia de la fe y la profunda importancia de la Virgen María en la identidad cultural cántabra.

Los orígenes del Santuario de Santa María del Yermo se pierden en la neblina del tiempo. La fundación de su primitivo monasterio está rodeada de misterio, aunque se cree que la implantación del monacato se remonta a mediados del siglo IX. Algunos documentos sugieren que los obispos Severino y Ariulfo lo donaron al obispo Serrano de Oviedo.

Lo que sí está documentado es la existencia de vida monacal en Yermo en el siglo XI. La iglesia románica que hoy admiramos data de principios del siglo XIII. Una lápida de consagración en la jamba de la puerta marca la fecha de su dedicación. Su inscripción reza:

«Era de MCCXLI», que corresponde al año 1203 del calendario actual). «Pedro Quintana hizo esta iglesia de Santa María. Padre nuestro por su alma.»

La fábrica actual está muy bien conservada y es un claro ejemplo del románico rural de Cantabria.

Por fuera, destaca la fachada sur, donde se sitúa la puerta de entrada. Esta está decorada con archivoltas que se apoyan en dos columnas a cada lado, coronadas por capiteles historiados que representan una lucha de caballeros y una pareja de animales. El elemento más llamativo es el tímpano, tallado tanto por fuera como por dentro con relieves de temas similares. Un caballero con lanza, posiblemente San Jorge, lucha contra un dragón con cabeza y patas de león, alas de águila y cola de serpiente. Es significativo que, en el exterior, la bestia lleve la iniciativa, mientras que, una vez cruzado del templo, el caballero la ha vencido al dragón, simbolizando la victoria del bien sobre el mal. En el mismo muro sur, dos ventanas con arcos de medio punto flanquean la puerta.

La cornisa del muro meridional está finamente rematada y conserva canecillos bien tallados con figuras de caza, cetrería, juglaría, titiriteros e incluso escenas eróticas y escabrosas.

El ábside semicircular se divide en tres calles mediante contrafuertes. En el centro, una ventana con arco ligeramente apuntado está decorada con entrelazos, y en su lado sur, se añadió un óculo moderno.

En el interior, la iglesia presenta una sola nave rectangular, un presbiterio recto y un ábside semicircular. La nave está cubierta por una armadura de madera a dos aguas, mientras que el ábside y el presbiterio están abovedados.

El arco triunfal apuntado se apoya en dos capiteles labrados: el derecho muestra un Pantocrátor con mandorla rodeado por los tetramorfos, y el izquierdo, una Epifanía con los tres Reyes Magos. Ambos se asientan sobre columnas adosadas.

Pese a su sencillez estructural, el interior del templo transmite un claro mensaje de la lucha entre el bien y el mal, un tema recurrente en la escultura románica. Hay algunos capiteles notables que incluyen un Daniel orando en el foso de los leones, una Epifanía con la Virgen, el Niño y San José, y capiteles con figuras de leones y cestas vegetales.

El interior del Santuario de Santa María del Yermo es un verdadero cofre de tesoros artísticos. La joya de la corona es, sin duda, la venerada imagen de la Virgen del Yermo, una talla de madera que irradia serenidad y misterio. A lo largo de los siglos, esta imagen ha sido objeto de profunda devoción, atribuyéndosele milagros y favores que han consolidado su arraigo en el corazón de los cántabros.

La iglesia cuenta también con añadidos posteriores, como los contrafuertes del ábside, la sacristía y la espadaña, construidos en la Edad Moderna.

Juan Pisuerga

 

PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:

  1. Campuzano, Enrique y Zamanillo, Fernando. Cantabria artística. Arte religioso. Ediciones de Librería Estudio, 1980.
  2. García Guinea, M.A. Románico de Cantabria. Diputación Provincial, 1978.
  3. Aramburu-Zabala Higuera, M.M. Catálogo Monumental de Viérnoles. 2003.
  4. Ortiz Real, J. y Pérez Bustamante. Torrelavega histórica. Ayuntamiento de Torrelavega, 1983.