El Círculo de Recreo es una institución sociocultural fundada en 1844. Desde sus inicios, ha desempeñado un importante papel en la vida social y cultural de Valladolid.
En 1842, Calixto Fernández de la Torre alquiló un piso en la calle Teresa Gil para reunirse por las tardes con personas del comercio, la política, la universidad, la industria y la banca. He leído que fue Antonio Florencio Vildósola, un noble de linaje vizcaíno asentado en Valladolid, a quien se le ocurrió formar un círculo que reuniera a más personalidades.
En 1847, se constituyó la sociedad «Círculo de Recreo», que alquiló un piso en la Acera de San Francisco. En 1853, el número de socios había aumentado considerablemente y decidieron adquirir un solar en la calle del Duque de la Victoria para construir su propio edificio.
El solar era parte de la huerta de uno de los complejos monásticos más importantes de España: el convento de San Francisco, situado en la Plaza Mayor, en el mismo lugar donde actualmente se encuentra el teatro Zorrilla. La desaparición del convento marcó un hito en la historia de Valladolid. Había sido levantado por la mujer de Alfonso X, doña Violante de Aragón, a extramuros de la muralla. Fue un importante centro religioso y cultural de Castilla. El monasterio contaba con una iglesia y el resto de las dependencias monacales. La huerta llegaba hasta la actual calle Claudio Moyano. En el templo fue enterrado Cristóbal Colón. Durante la Guerra de la Independencia, fue ocupado y maltratado por las tropas francesas. Sufrió en 1836 la desamortización de Mendizábal, por lo que fue abandonado y derribado en 1837.
En 1853 se levantó una casa para albergar a la Sociedad según los planos del arquitecto Antonio de Iturralde Montel. Se componía de una planta baja ocupada por comercios y un piso principal destinado al Círculo de Recreo. Contaba con un salón de fiestas, una sala biblioteca, salas de billar y el llamado gabinete del tresillo. A finales del siglo XIX, el edificio anunciaba ruina y tuvo que ser derribado.
El promotor de la nueva construcción fue José Antonio Pintó, que pidió una licencia de obras en el Ayuntamiento en abril de 1900. Los trabajos comenzaron en enero de 1901 y finalizaron un año después. El proyecto y los planos fueron del arquitecto Emilio Baeza Eguíluz, quien dirigió la construcción junto con Julián Palacios. Mientras duraron las obras, los socios se trasladaron al piso principal del n.º 2 de la calle Regalado, esquina con Duque de la Victoria. Allí permanecieron hasta que fue inaugurado el nuevo edificio en mayo de 1902.
En 1914 se reformaron varias dependencias según el diseño del arquitecto Jerónimo Arroyo. En la planta baja se instaló el salón de tertulias y se construyó una nueva escalera de estilo imperial y un ascensor.
Con la Segunda República y el primer franquismo, Valladolid perdió sus señas de identidad, pasando el capital económico a las provincias más favorecidas del norte y noreste peninsular. La institución experimentó un periodo de declive, reflejando las transformaciones sociales y políticas de España, del que no se ha recuperado.
El Círculo de Recreo de Valladolid es un edificio histórico y emblemático situado en el centro de la ciudad. Desde el exterior, el edificio presenta características eclécticas neoclásicas con influencia francesa de la Belle Époque. Su fachada, armoniosa, ocupa dos calles y está muy proporcionada. Fue decorada por Dionisio Pastor.
El zócalo está construido con piedra dura y resistente de Villalba de los Alcores de excelente calidad, salpicada con pequeñas aberturas para facilitar el acceso a las carboneras, cerradas con hierro de forja de diseño. La planta baja se edificó con piedra compacta y muy resistente de Campaspero, de color blanco grisáceo. En el resto de las plantas se usó ladrillo, cemento y columnas y vigas de hierro fundido.
Las ventanas de la planta baja están compuestas por arcos deprimidos soportados por capiteles corintios que se apoyan en columnas con un fuste estilizado sobre un basamento de piedras sólidas y con una línea de jarras de piedra que aligeran el molde. En la calle Constitución hay seis ventanales y una puerta de entrada para el servicio y para el segundo y tercer piso.
El piso principal tiene unos amplios y esbeltos ventanales y un balcón corrido de hierro forjado que rodea todo el edificio. La segunda planta está ornamentada con huecos en forma de óculo. En la tercera planta, cada ventanal cuenta con un balcón individual de hierro forjado. La construcción se corona con elegantes mansardas cubiertas con arcos aplanados y en la esquina superior sobresale un torreón mirador. Los balcones y huecos de la fachada están separados por elegantes pilastras almohadilladas.
Casimiro García, en el libro Valladolid: Recuerdos y grandezas, explica que «la planta principal y la primera tienen quince huecos simétricos; siete en cada calle y uno semicircular en la esquina». Hay once vanos en el tercero. En el último nivel hay un mirador diseñado como una torre que se asemeja a una linterna. Tiene una cubierta cónica y un pararrayos en la parte superior, que está hecho de hierro.
La entrada principal, que se sitúa en el centro de la fachada de la calle del Duque de la Victoria, está coronada con un arco decorado con relieves. A la derecha de la entrada principal hay dos ventanales y a la izquierda hay tres. En la esquina hay una abertura más formal. La puerta de acceso está hecha de hierro forjado, cristal y madera noble.
Las paredes están bien decoradas y el artesonado es parte del portal; además, incluye una lámpara de techo y candelabros a los lados. Dos estatuas de infantes sosteniendo antorchas de luz concluyen una escalinata elegante.
Sobre la puerta principal del tercer piso, que cubre al menos dos alturas y llega hasta las mansardas, se encuentra una ventana grande con dos estatuas de tamaño considerable que simbolizan a Minerva, diosa del comercio, y a Ceres, diosa de la agricultura. Sobre el ventanal hay un frontón con un arco semicircular que culmina en un relieve. En el tímpano, dos pequeños genios que sostienen el escudo de la sociedad se destacan.
Al pasar la puerta de entrada, te topas con un espacioso vestíbulo que tiene el techo y las paredes muy ornamentados. Una buena lámpara cuelga del techo. Debajo de un gran espejo, se observa una cómoda que contiene un magnífico reloj del siglo XIX. Dentro de una hornacina, además, hay una escultura.
Hacia la derecha, se encuentra una puerta que lleva a un bar cafetería decorado de manera lujosa, con barra, mesas y sillas. Un sitio de reunión para beber café o alguna otra bebida.
El vestíbulo cuenta con una hermosa escalera de mármol, que tiene a su lado una lujosa alfombra roja cardenal, y un ascensor espléndido hecho de madera noble, cristal y hierro forjado. La escalera va desde el semisótano hasta los pisos superiores. Los descansos tienen estatuas de niños sosteniendo antorchas de luz.
Un pasillo extenso lleva a la sala de lectura, que se encuentra a la derecha, y a la sala de juntas, que está a la izquierda, desde el vestíbulo.
A la izquierda del vestíbulo y divididos por dos puertas de bellas vidrieras, se encuentra un vasto lugar que los miembros emplean para charlas.
La primera planta cuenta con un corredor distribuidor que tiene esculturas mitológicas y una barandilla forjada. También en este piso hay un cuarto para juegos de mesa.
El salón de baile o fiesta, también llamado salón principal, está ubicado en dos niveles. Es un espacio magníficamente iluminado y decorado con retratos de figuras importantes en la historia de Valladolid. Felipe II, Cristóbal Colón, Cervantes, José Zorrilla, Juan de Herrera y la pareja Pedro Ansúrez y doña Eylo. Se pueden ver imágenes del patio de San Gregorio. Sobre el techo se destacan alegorías de la Música, la Gloria y el Amor, en medio de una multitud de geniecillos y adornadas con flores y guirnaldas.
Esta sala también era empleada para realizar banquetes de gran tamaño. La tercera puerta conduce a una biblioteca que alberga estanterías de nogal con libros y documentos históricos del casino. Está adornada con representaciones simbólicas de las artes, las ciencias, la escritura y la lectura.
Tres salas de distintos tamaños para encuentros y reuniones laborales están en la segunda planta. Y un lugar destinado a la barbería, al salón de billar y a la mitad de un gimnasio para el cuidado del cuerpo.
En el semisótano hay un vasto espacio que alguna vez fue llamado «La Parrilla Restaurante».
El Círculo de Recreo, un edificio representativo de la ciudad, es un sitio con una gran importancia histórica y cultural. Desde sus comienzos, ha sido un punto de referencia social y cultural. Un sitio donde se han desarrollado iniciativas y se han forjado vínculos significativos.
Juan Pisuerga.
PARA MÁS INFORMACIÓN SE PUEDE CONSULTAR A:
- Agapito y Revilla, Juan (1986) [1913-1914]. «La leyenda del convento de San Francisco». Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. Valladolid: Grupo Pinciano.
- Agapito y Revilla, Juan (1986). «De la fundación del convento de San Francisco, de Valladolid». Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. Grupo Pinciano.
- Alcalde Prieto, Domingo (1986). Manual histórico de Valladolid. Edición facsímil. Valladolid: Grupo Pinciano.
- Antolínez de Burgos, Juan (1987) Historia de Valladolid. Valladolid: Grupo Pinciano.
- Serrano García, Rafael. «El Círculo de Recreo de Valladolid: la sociabilidad elitista en Castilla entre la Segunda República y el primer franquismo».
- Calabia, L. Crónica de ayer y hoy. Ayuntamiento de Valladolid.