Diciembre es el décimo mes del calendario romano y el duodécimo del calendario juliano y gregoriano. En el hemisferio norte tiene lugar el solsticio de invierno, que marca el inicio del invierno astronómico, tradicionalmente el día 21. Es el mes con menos horas de luz solar, y en él son frecuentes las lluvias y nieblas.
En las alegorías y el simbolismo, diciembre se representa con escenas hogareñas, con fuego en el hogar y con una antorcha o una vela encendida, como expresión de la falta de luz.
En este mes se festejaban en Roma las fiestas paganas de las Saturnales, en honor a Saturno. Eran celebraciones para marcar el fin de las labores del año y dar gracias por las cosechas. Estas fiestas son anteriores a la Segunda Guerra Púnica y estaban orientadas a que los romanos no perdieran la moral frente a los cartagineses. En el Foro Romano se proclamaban siete días de celebraciones y banquetes públicos que culminaban con el grito unánime y multitudinario: «¡Saturno, danos la victoria!».
En el año 218 a. C. tuvo lugar el saqueo e incendio de Sagunto, villa aliada de Roma, por las fuerzas cartaginesas comandadas por Aníbal Barca, hecho que desencadenó la segunda guerra entre Roma y Cartago.
Las Saturnales, que duraban siete días, llegaron a ser tan apreciadas por el pueblo que se celebraban cada año, hasta que el Senado romano se vio obligado a convertirlas en costumbre. A finales del siglo I, Augusto logró reducirlas a cinco días, pero más tarde tuvo que ceder, al igual que lo haría Calígula, y restituirlas a siete días. Durante el Imperio romano, las festividades transcurrían entre el 17 y el 24 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno.
En estas fiestas se decoraban las casas con plantas y se encendían velas y antorchas, para significar el período más oscuro del año, pero también para celebrar que pronto regresaría la luz solar. Durante esos días, los romanos visitaban a sus familiares y amigos, intercambiaban regalos y participaban en copiosas comidas públicas o privadas.
Las fiestas eran dirigidas por un sacerdote y estaban dedicadas a Saturno, dios de la agricultura, de ahí su nombre, aunque también podían honrar a otros dioses. Saturno fue en sus orígenes la divinidad más importante para los romanos, hasta que fue desplazado por Júpiter. Las celebraciones tenían lugar en las faldas de la colina del Capitolio, la zona sagrada de Roma.
En España, el día 6 se celebra la Constitución Española, pactada en 1978 por todos los partidos políticos.
El día 8 tiene lugar la fiesta de la Inmaculada Concepción, jornada festiva en la que se conmemora a la Virgen María como Inmaculada. Sin embargo, su origen no se limita al ámbito religioso, pues está muy ligado al llamado milagro de Empel, ocurrido el 8 de diciembre de 1585.
La victoria en la batalla de Empel es uno de los episodios más célebres de la historia militar española, un acontecimiento que trascendió lo bélico para convertirse en un hito religioso. Tuvo lugar durante la Guerra de los Ochenta Años, prolongado conflicto entre España y los Países Bajos, marcado por la lucha religiosa y política.
Un contingente español, conocido como el Tercio Viejo de Zamora, se encontró aislado, cercado y asediado en la isla de Bommel, en los Países Bajos. Las fuerzas enemigas, superiores en número y mejor equipadas, parecían tener la victoria asegurada. Los españoles, acorralados y sin esperanzas, hallaron enterrada una imagen de la Inmaculada Concepción. Este descubrimiento les infundió una fe inquebrantable y los llevó a encomendarse a la Virgen. Contra todo pronóstico, rompieron el cerco enemigo. Las bajas propias fueron mínimas en comparación con las del adversario. Este hecho fue interpretado como una intervención divina: un milagro atribuido a la intercesión de la Inmaculada Concepción.
El milagro de Empel tuvo un profundo impacto en la moral de las tropas. La imagen de la Inmaculada Concepción se convirtió en símbolo de la victoria y fue venerada en toda España. A raíz de este suceso, la Inmaculada fue proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia. El acontecimiento reforzó la fe de los españoles y consolidó la imagen de España como nación católica. La historia se convirtió en leyenda, transmitida de generación en generación.
Hoy en día, el milagro de Empel sigue siendo recordado y celebrado en España, especialmente en Zamora, de donde procedía la mayoría de las tropas que participaron en la batalla. La imagen de la Inmaculada es venerada en numerosas iglesias y capillas de toda España.
La Inmaculada Concepción fue proclamada patrona y protectora de España en 1644, año en que se comenzó a conmemorar el milagro de Empel.
En 1892, por Real Orden de la Reina doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, la Inmaculada Concepción fue declarada patrona de la Infantería del Ejército español, otorgando un día de fiesta nacional.
Los católicos celebramos con familiares y amigos el nacimiento del Señor adornando con flores de Pascua. El muérdago de la buena suerte, heredado de la tradición pagana, fue sustituido por el acebo y las flores de Pascua, que según la leyenda alejan a los malos espíritus.
Juan Pisuerga



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PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:
- Organización Mundial de la Salud. La Tierra pasa por la unión de los signos astrales.
- Manuel P. Villatoro, Empel, el misterioso milagro que evitó la masacre de un tercio español en Holanda.
- ABC (2015). Alonso Vázquez, Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alejandro Farnesio.
- Manuel P. Villatoro, Empel, el misterioso milagro que evitó la masacre de un tercio español en Holanda (2015).
- Fernández, Tere. La fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Revista Católica, 2014.
- Klaus Bringmann, El triunfo del emperador y las Saturnales de los esclavos en Roma, en La fiesta. Ed. Alianza.