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EL CONDADO DE ÁLAVA

El territorio conocido hoy como Álava fue una comarca del reino de Asturias desde la proclamación de Alfonso I como rey. A finales del siglo VIII, los monarcas asturianos establecieron lazos familiares con los habitantes de estas tierras. Estos vínculos quedan documentados cuando una hija de Fruela de Cantabria, hermano de Alfonso I, se casó con Lope, un magnate local. De esta unión nacería Munia, quien se convertiría en esposa del rey Fruela I, hijo de Alfonso I, y madre de Alfonso II.

En el año 850, recién llegado Ordoño I al poder, los Banu Casi saquearon las Vardulias. Cuando el ejército asturiano regresaba a Oviedo tras vencer a los muladíes, sus vigías alertaron de que un contingente cordobés se dirigía hacia Álava. Ordoño condujo a su ejército a las riberas del Ebro, derrotando a los cordobeses cerca de Haro.

En el año 853, Musa Ibn Musa tomó Huesca. Junto con las tierras que ya controlaba, como Pamplona, Zaragoza, La Rioja, Soria y el norte de Guadalajara, dominaba una vasta región. Se autoproclamó «tercer rey de Hispania». Mandó construir una fortaleza estratégica entre el norte de Soria y el sur de Logroño, un punto clave para futuras campañas. Este enclave era tan peligroso para Asturias como para Pamplona, por lo que ambos gobernantes decidieron unir fuerzas y derrotar a Musa en Albelda en 855, demoliendo la fortaleza.

En 860, Ordoño I designó a Rodrigo como conde de Castilla, dándole para su gobierno la comarca suroriental del reino, aunque los documentos de Valpuesta y del Valle de Mena no lo mencionan explícitamente con este título. En 866, al morir Ordoño I, su hijo Alfonso III se encontraba en Santiago de Compostela. Aprovechando la situación, Fruela Bermúdez, conde de Lugo, se autoproclamó rey de Oviedo. Alfonso se refugió en las Vardulias, donde Rodrigo preparó un ejército que marchó a la corte para expulsar al usurpador. Una vez Alfonso repuesto en el trono, Rodrigo regresó a Castilla.

Aprovechando la inestabilidad del reino, un magnate vasco llamado Eylón se sublevó. Rodrigo se encargó de sofocar la rebelión.

En 868, Alfonso inició una política de colaboración con Pamplona. Necesitaba fortalecer la región oriental del reino frente a los cordobeses y los Banu Casi. Las tierras alavesas, alejadas de la corte, precisaban un gobernador que protegiera a los colonizadores montañeses y organizara los territorios repoblados. Así, en 869, Alfonso III creó el condado de Álava, entregándoselo a Rodrigo en agradecimiento por su ayuda para acceder al trono. .

Existe una referencia anterior al condado de Álava, pero la mayoría de los historiadores la consideran apócrifa. Se trata de un documento que nombra a un magnate llamado Eylón como conde de Álava; el nombre coincide con el del rebelde contra Alfonso, pero los medievalistas lo catalogan como falso.

Las excelentes relaciones de Alfonso con Pamplona propiciaron que el condado de Álava pasara a Vela Jiménez, miembro de la nobleza pamplonesa. Está , documentado como conde de Álava en cartularios de 882 y 883. En esos años, Vela Jiménez defendió la fortaleza de Cellorigo, impidiendo que el ejército musulmán cruzara los montes Obarenes hacia el valle de Mena, mientras Diego Porcelos hacía lo mismo en el desfiladero de Pancorbo.

La región suroccidental de los Pirineos era un área conflictiva donde confluían intereses de francos, pamploneses, asturianos, cordobeses y Banu Casi.

No todos los historiadores aceptan que Diego Porcelos siguiera siendo conde de Álava tras la muerte de su padre, Rodrigo.

Las numerosas campañas de los cordobeses y los Banu Casi contra Castilla y Álava se intensificaron en las primeras décadas del siglo IX. Esto hizo necesaria la construcción de una nueva línea defensiva con las fortalezas de Lantarón y Cerezo. Al final de su reinado, Alfonso III reorganizó las tierras orientales del reino, dividiéndolas en condados más pequeños y nombrando a nobles de su confianza al frente de cada uno.

En 913, García I, heredero al trono leonés, acudió con su ejército a la marca oriental del reino. Junto a las tropas de Gonzalo Téllez, conquistó tierras de La Rioja y las plazas de Nájera y Calahorra. García comenzó a sentirse indispuesto y se retiró a Zamora, donde falleció.

En 919, Munio Velaz figura como conde de Álava en los cartularios del monasterio de Valpuesta. Por su patronímico, pudo ser hijo o nieto de Vela Jiménez. Algunos medievalistas sugieren que fue destituido como conde de Álava tras la derrota de Valdejunquera.

En 923, Fernando Díaz es gobernador de Cerezo, Lantarón y Álava. Su filiación no está clara al figurar solo su nombre en los cartularios. Ese mismo año, fue nombrado conde de Álava Álvaro Herraméliz, quien hizo una donación como conde de Álava al monasterio de Santa Coloma, aunque en el documento figura después de Fernando Díaz. Álvaro había participado en la conquista de Nájera y Viguera.

En 929, Álvaro Herraméliz aparece en un documento como conde: «Reinando Alfonso en León y siendo conde Álvaro Herraméliz en Álava y Lantarón…».

En 932, durante el reinado de Ramiro II, el conde Fernán González logró unir bajo su mando los condados de Cerezo, Lantarón, Lara, Burgos y Castilla, formando el gran condado castellano. Tras la muerte de Álvaro Herraméliz, su viuda, Sancha de Pamplona, se casó con Fernán González, aportando como dote el condado de Álava, que Fernán incorporó y fusionó con el de Castilla.

Nota adicional:

En 866, Alfonso III nombra a Rodrigo conde de Álava, título que mantuvo hasta su muerte en 870.

Existe un vacío documental entre 870 y 882.

Vela Jiménez es reconocido como conde de Álava desde 882 hasta 897.

En 897, Gonzalo Téllez gobierna Álava junto con los señoríos de Cerezo y Lantarón hasta 919.

En 919, Munio Velaz figura en los cartularios del Monasterio de Valpuesta como conde de Álava por mandato real.

En 923, Fernando Díaz gobierna Cerezo, Lantarón y el condado de Álava.

En 929, Álvaro Herraméliz es reconocido en un documento como conde de Álava y fallece en 931.

 En 932, tras la muerte de Álvaro, su viuda, Sancha de Pamplona, se casa con Fernán González y le entrega como dote el condado de Álava, que Fernán González incorpora y fusiona con el condado de Castilla.

Juan Pisuerga

 

 

 

 

 

PARA MÁS INFORMACIÓN:

  1. Martínez Díez. El Condado de Castilla. 2005.
  2. Marcial Pons. La historia frente a la leyenda. 2005.
  3. Menéndez Pidal, R. Historia de España. Espasa Calpe, 1974.
  4. Valdeón Baruque. Historia de Castilla. Universidad de Valladolid, 2010.