La Acera de Recoletos de Valladolid, es un paseo que une las plazas de Zorrilla y Colón. Anteriormente, fue conocida como avenida de Alfonso XIII, avenida de la República y, desde 1936, como Acera de Recoletos. Este espacio extramuros de la ciudad, que bordeaba el Campo Grande, llamado en aquel momento Campo de Marte, estaba ocupado a finales del siglo XIX por un hospital, algunas casas y varios conventos, incluyendo el Convento de los Padres Agustinos Recoletos, del cual toma su nombre.
El alcalde Miguel Íscar, a finales del siglo XIX, planeó el «Ensanche de la ciudad». El proyecto abarcaba varias calles, pero era prioritario unir la estación del ferrocarril con la puerta de Santiago de la muralla. La Acera de Recoletos surgió como un eje urbano de conexión. Su origen está ligado a la desamortización de Mendizábal, un proceso que expropió bienes de la Iglesia y que, en este caso, permitió demoler varios edificios religiosos y un hospital que ocupaban entonces unos terrenos extramuros de la ciudad. Este nuevo espacio se diseñó para una conexión urbana y un paseo de ocio como un lugar de esparcimiento para la clase alta de la época.
Al mismo tiempo que los urbanistas trazaban el paseo de Recoletos, se diseñaban la calle Gamazo y la calle Muro, así llamada porque hasta allí llegaba el muro de los conventos. Se incluyó en esta disposición normativa el huerto de la parroquia de San Andrés, que contactaba con la muralla y era conocido como el Campillo de San Andrés.
El Hospital de la Resurrección ocupaba el lugar donde hoy se encuentra la Casa Mantilla. Fue un edificio construido en el año 1606, donde antes hubo una mancebía. Durante la ocupación francesa, el hospital fue asolado y prácticamente destruido por las tropas imperiales. Cuando los franceses abandonaron Valladolid, los monjes volvieron a las tareas hospitalarias hasta la desamortización de Mendizábal. La iglesia fue exclaustrada y reutilizada como fábrica de tejidos hasta 1861, fecha en la que fue derribada para construir varias casas molineras.
A continuación del hospital, entre las calles Mantilla y Perú, se encontraba el convento y la iglesia de los Agustinos Recoletos.
El proyecto urbanístico ordenó demoler el convento de Jesús y María, que había sido fundado en el siglo XVI y pertenecía a las monjas franciscanas. Ocupaba la actual calle de Colmenares. Sus patronos y benefactores, la familia Colmenares, condes de Polentinos cedieron sus terrenos al ayuntamiento. Solo pidieron que mantuviera su nombre: calle de Colmenares.
Con el proyecto también desapareció el convento del Corpus Christi de las monjas de Santo Domingo, un edificio cerca de la plaza de Colón fundado en 1545 por las Descalzas Reales, quienes se lo vendieron a las dominicas cuando se trasladaron a su edificio actual en la calle Ramón y Cajal.
Juan Pisuerga.
PARA MÁS INFORMACIÓN SE PUEDE CONSULTAR A
1-García Valladolid, Casimiro G. Valladolid, recuerdos y grandezas. Edita Grupo Pinciano. Edición facsímil.
2-Martín Uña, Joaquín. Valladolid, paseos por la ciudad. Editorial Azul, 2001.
3-Agapito y Revilla, Juan (arquitecto municipal y académico de Bellas Artes). Las calles de Valladolid. Imprenta Casa Martín, Valladolid 1937.