Skip to main content

Santa María de Wamba es un templo situado a 20 km al noroeste de Valladolid. La comarca estuvo habitada, antes de la llegada de los romanos, por los vacceos, un pueblo celtibérico establecido en la cuenca media del Duero. Tenían como vecinos por el este a los arévacos y pelendones, por el oeste a los vetones, al norte a los caristios y cántabros, y al sur a los carpetanos. Estos grupos étnicos mantuvieron entre ellos tanto alianzas como enfrentamientos. De hecho, uno de los nombres que se barajan para el topónimo de Valladolid es «Valle de las Lindes», precisamente por ser el lugar de sus controversias y conflictos.

La conquista romana de la Meseta Norte se extendió durante más de un siglo, con violentos enfrentamientos entre los celtíberos y las legiones romanas. Para Roma, dominar la Meseta Norte era esencial, ya que, por sus recursos agrícolas, permitía abastecer de cereales a la creciente población romana. Por otra parte, dominar esta zona les proporcionaba un mayor control sobre la Citerior al asegurar las vías de comunicación.

Una vez conquistada la Meseta Norte, los romanos levantaron ciudades y construyeron calzadas para facilitar el movimiento de sus legiones y mejorar la comunicación y el comercio. Poco a poco, las costumbres, la lengua y las leyes romanas se fueron introduciendo en la sociedad hispana. La huella romana ha sido tan profunda que nuestra cultura, leyes y costumbres proceden en gran medida de esa época. Con el tiempo, el Imperio romano se debilitó y perdió el dominio de la península, dando paso a los visigodos, cuya población era más rural y dispersa. Es más fácil encontrar villas visigodas que ciudades.

El rey visigodo Recesvinto fue un monarca culto que mandó escribir el Liber Iudiciorum, un libro de leyes y reglas que fue utilizado en los reinos asturiano y leonés hasta finales del siglo XI. Recesvinto tenía en esta comarca, conocida entonces como Gérticos, una residencia y una extensa propiedad agrícola. Cuando falleció en el año 672 en este lugar, se reunieron los nobles palatinos y el Aula Regia para nombrar rey a Wamba. Desde ese momento, la localidad pasó a denominarse «el sitio de Wamba». Wamba es el único municipio de España cuyo nombre comienza con la letra «W».

Los musulmanes liderados por Tarik en 711 y Muza en 712 conquistaron esta región. En estas tierras se establecieron árabes y bereberes, pero su presencia fue breve, ya que las abandonaron en el año 740. En ese año, Alfonso I dejó la Meseta Norte despoblada, es decir, Wamba se convirtió en «tierra de nadie», expuesta únicamente a las incursiones o «razias» de musulmanes y cristianos.

Corría el año 939 cuando Ramiro II de León detuvo a los musulmanes de Abd al-Rahman III en la Batalla de Simancas, estableciendo así la frontera en el Duero. A partir de ese momento, el territorio fue repoblado por colonos montañeses, a los que se unieron mozárabes y judíos atraídos por la exención de impuestos otorgada por los reyes.

Ramiro II creó el condado de Monzón, situado entre los condados de Castilla y de Carrión-Saldaña, que llegaba hasta Peñafiel, y se lo entregó al linaje Ansúrez.

En el año 1157, a la muerte de Alfonso VII, el reino de Castilla y León, que había unido Fernando I, quedó dividido entre su hijo mayor Sancho III, rey de Castilla, y su segundo hijo Fernando II, rey de León. Los terrenos de Wamba se vieron sometidos a tensiones debido a su situación fronteriza. Sancho III se apoderó de ellos. La tirantez entre los dos hermanos por las tierras limítrofes no derivó en un conflicto mayor gracias a la mediación de su hermana Sancha de Castilla, quien intervino para que cada uno respetara los límites de sus reinos. Sancho III se comprometió a devolver a su hermano las tierras fronterizas que había ocupado, a cambio de que fueran entregadas como señoríos a nobles leoneses cercanos al rey castellano. Acordaron prestarse ayuda mutua frente a cualquier ataque y establecieron que, si alguno de ellos fallecía sin descendencia, el reino sería heredado por el hermano.

Sancha de Castilla, que había donado el monasterio de Santa María y las tierras de Wamba a la Encomienda de la Orden de San Juan en 1140, se casó con Alfonso II de Aragón. Los Hospitalarios lo convirtieron en un hospital para peregrinos y construyeron un osario para enterrar a los monjes y a quienes fallecían en el hospital.

Sancho III se casó en 1151 con Blanca Garcés de Navarra, con quien tuvo al futuro Alfonso VIII. Su reinado fue breve. El rey castellano entregó la tenencia y señorío de Calatrava al abad Raimundo de Fitero y al caballero Diego Velázquez, quienes crearon la importante orden militar y religiosa de Calatrava.

Fernando II se casó con Urraca de Portugal, con quien tuvo a Alfonso IX. En 1170, fundó la Orden de Santiago para proteger a los peregrinos que visitaban la tumba del apóstol. Organizó la repoblación de sus tierras con la exención de impuestos y otorgó fueros a numerosas ciudades. Fernando II es recordado como un buen rey.

La iglesia de Santa María de Wamba fue construida en el siglo XII sobre un antiguo monasterio edificado por monjes mozárabes que habían huido de al-Ándalus. Está documentada en el año 948. Se cree que este cenobio también se levantó sobre una iglesia visigoda del siglo VII. Por lo tanto, aunque no se pueda precisar el año exacto de su construcción, se sabe con seguridad que existía un monasterio de Santa María de Wamba en el siglo X.

Lo que hace especial a Santa María de Wamba es la combinación de elementos constructivos de los estilos visigodo, asturiano, mozárabe y románico. El templo, aunque ha sufrido varias modificaciones, conserva parte de su estructura original. Tiene planta de cruz latina, con tres naves, crucero y dos capillas.

En el muro sur se encuentra la puerta de entrada con tres arquivoltas lobuladas y arcos de medio punto que descansan sobre tres columnas a cada lado con fustes restaurados. Conserva restos de policromía original. Los capiteles internos de estas columnas son de cestas vegetales, mientras que los exteriores están historiados, pero muy desfigurados por la erosión de la piedra. En el tímpano destaca la inscripción de la fecha «1195«.

De influencia mozárabe son los tres ábsides de planta cuadrada con arcos de herradura. Del mismo estilo es el primer tramo de las naves y el muro norte, como se puede comprobar por la utilización de ladrillo y mampostería. El crucero es la parte más antigua con influencia asturiano-mozárabe. En el ábside central de la cabecera hay restos de pintura mural de estilo mozárabe del siglo X que recuerdan al arte visigodo o islámico.

El cuerpo principal de la iglesia es románico. Presenta una planta de tres naves, la central más ancha, separadas por arcos apuntados que se apoyan en pilares rectangulares y columnas adosadas. Los capiteles de estas columnas están decorados con motivos vegetales, animalísticos e historiados. Algunos de estos capiteles son muy brillantes y están bien trabajados, al igual que otros elementos ornamentales que reflejan la fusión de estilos. La combinación de los pilares que sostienen arcos de medio punto y los de herradura crea una atmósfera muy particular en el interior del templo. Los muros son de mampostería y se combinan con sillares irregulares y ladrillo. Cuando la iglesia pasó a la encomienda de la Orden de San Juan, se sustituyeron varios lienzos. Las naves tienen una cubierta de madera que descansa sobre ménsulas sencillas.

En la iglesia hay dos capillas laterales: una funeraria con los restos de la reina Urraca de Portugal, esposa de Fernando II, quien había donado a la Orden de San Juan las tierras de Castroverde, Mansilla de Campos y San Andrés de Asturias. Había ingresado como freira en la Orden de San Juan de Jerusalén. La otra es la capilla del Osario, con huesos de más de 2000 personas, siendo probablemente el más grande de España. Los huesos están dispuestos en estantes a lo largo de las paredes, con los cráneos colocados en la parte superior y los huesos largos en la inferior.

En una de las paredes del osario hay una inscripción que dice: «Como te ves, yo me vi. Como me ves, te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás». Lo que confiere al templo un aire enigmático y de sombrío sigilo.

Juan Pisuerga

 

 

PARA MÁS INFORMACIÓN, SE PUEDE CONSULTAR A:

  1. Arco y Garay, Ricardo del (1954). Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
  2. Elorza, Juan C. (1990). Los enterramientos de los reyes de León y de Castilla. Valladolid: Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura.
  3. Bango Torviso, Isidro G. (2001). «El arte hispano en la España cristiana de los siglos VI al XI». Summa Artis: Historia General del Arte.
  4. Del Arco Garay, Carlos (1994). Historia, instituciones, documentos.
  5. Gómez-Moreno, Manuel. Arte español. Iglesias mozárabes (1919). Centro de Estudios Históricos.
  6. Olivera Arranz, María del Rosario (2002). Enciclopedia del románico en Castilla y León: Valladolid. Aguilar de Campoo: Fundación Santa María la Real.
  7. Quintana Gordon, José L. Santa María de Wamba. Portal de Patrimonio Cultural de Castilla y León.
  8. Urrea Fernández, Jesús (2009). Caballeros de la orden de San Juan de Malta en Valladolid. Seminario de Estudios de Arte.