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La formación del condado de Castilla tiene muchos protagonistas, pero el principal es, sin duda, Fernán González, una figura tan histórica como legendaria. Su vida, que lo convierte en un personaje único en la tradición castellana, se desarrolló junto a otros actores con quienes compartió decisiones políticas, sociales y militares.

Para realzar su figura, el origen de Fernán González se ha mezclado con leyendas. Algunas lo vinculan con el mítico Nuño Rasura, uno de los legendarios jueces de Castilla; los medievalistas del siglo XIX lo relacionan con los reyes asturianos, y otros lo emparentan con Rodrigo, el primer conde de Castilla. Sin embargo, estas son solo suposiciones escritas en los siglos XII y XIII.

El Poema de Fernán González, creado por el Mester de Clerecía alrededor de 1250, casi 300 años después de su muerte, lo presenta como un castellano leal, aunque lleno de elementos legendarios y míticos. Con el tiempo, los intereses de algunos monasterios lo convirtieron en un personaje distinto a la realidad histórica. A pesar de ello, su vida siempre ha mantenido un aura de leyenda, resaltando su fidelidad al rey sin renunciar a sus propias convicciones condales.

Fernán González es visto como el prototipo del hombre castellano: trabajador, sacrificado, honorable, combativo, leal, religioso e independiente. Tenía el carisma de un caudillo querido y respetado por sus hombres. Dirigió el condado castellano durante 40 años, dejándolo en herencia a su hijo como un bien patrimonial.

La importancia de Fernán González es innegable. Su política transformó Castilla en un condado poderoso con gran autonomía. Aunque algunos medievalistas afirman que sentó las bases para la independencia, esto no es del todo cierto. Un hecho lo demuestra: Fernán González estuvo muy ligado a los reinos de León y Navarra. Castilla no se independizaría hasta un siglo después, con el rey Sancho II de Castilla, hijo de Fernando I el Grande.

El poema atribuye al conde un poder considerable en la corte, una enorme jerarquía administrativa y militar, y lo describe como un hombre religioso y defensor de la fe. Al tiempo que lo eleva, engrandece al monasterio de San Pedro de Arlanza.

El Poema de Fernán González cuenta un sinfín de hechos legendarios sin base histórica que, sin embargo, han engrandecido su figura. Sus acciones políticas y militares, presentadas de esta forma, han creado una visión falsa de la segregación de Castilla. Estos relatos se cree que fueron escritos por un monje de San Pedro de Arlanza, y luego vocalizados y ampliados por el Mester de Juglaría.

Entre los sucesos narrados en el poema, hay algunos completamente míticos con un enfoque literario. Uno de ellos cuenta que, mientras perseguía un jabalí, Fernán González se encontró con el monje Pelayo, quien le predijo que ganaría numerosas batallas y vencería a Almanzor. Esto es imposible, ya que no fueron contemporáneos. Según el cantar de gesta, el monje le pidió que, con las victorias, recordara a Dios y a su eremitorio. El conde lo hizo, y por ello mandó construir el Monasterio de San Pedro de Arlanza.

También describe la mítica batalla de Carazo, donde los musulmanes ocupaban una fortaleza en los montes de Oca. Mientras preparaban el asalto, los cristianos vieron a una mora lavando en un arroyo. Ella les advirtió que la fortaleza estaba custodiada por guerreros islámicos y perros feroces. Los cristianos llevaron perras en celo para atraer a los perros enemigos, logrando un ataque exitoso.

Otra batalla inexistente es la de Las Hacinas. Se cuenta que, tras la derrota de Simancas, Abderramán se dirigió a Salamanca. Al pasar Zamora, el rey Ramiro volvió a atacarlo y a derrotarlo, a pesar de que los musulmanes tenían un dragón lanzallamas en sus filas. Fue entonces cuando un ejército celestial, dirigido por Santiago y San Millán, descendió del cielo para ayudar a Fernán a vencer a los musulmanes.

El poema también resalta la lealtad de los hombres de Fernán González. A medida que el condado de Castilla crecía económica y territorialmente, Fernán entregaba propiedades a sus vasallos, impartía justicia y se ganaba el respeto de todos. Cuando el rey de León lo apresó, los castellanos, que lo veían como su jefe natural, se sublevaron. Esto obligó a Ramiro a liberarlo y a confirmar su título de conde de Castilla. Este episodio está relacionado con la efigie de piedra del conde. La tradición cuenta que, al verse desamparados sin su caudillo, los castellanos construyeron una estatua de piedra con su imagen para rendirle pleitesía. Juraron que irían León para rescatarlo y no volverían hasta n haberlo conseguido

Otro relato cuenta que, mientras Fernán González practicaba la cetrería con el rey Sancho I, este se encaprichó de su caballo y de su azor. Fernán se los quiso regalar, pero Sancho lo consideró humillante y, en su lugar, acordaron un precio ridículo que el rey pagaría en una fecha determinada. Si no lo hacía, la deuda se doblaría cada día. El rey no le dio importancia; pero cuando el conde le reclamó el pago, Sancho no pudo saldar la deuda, y tuvo que ofrecerle el condado de Castilla en propiedad. De esta forma, el poema narra cómo Castilla logró su independencia.

El enfrentamiento con los pamploneses por las tierras de La Rioja es una leyenda que se mueve entre el mito y la realidad. Intenta crear una hostilidad entre Castilla y Pamplona, culminando con la supuesta muerte de Sancho Garcés y el encarcelamiento de Fernán. En este episodio destaca la figura de doña Sancha de Pamplona, esposa de Fernán González e hija de Sancho Garcés I, una historia de amor en la que Sancha, defensora de su marido, lo ayuda a escapar de la prisión.

Juan Pisuerga

PARA MÁS INFORMACIÓN

  1. Fray Valentín de la (1971). Fernán González. Madrid: Publicaciones Españolas.
  2. García González, Juan José (2008). Castilla en tiempos de Fernán González. Burgos.
  3. López Mata, Teófilo (1957). Geografía del condado de Castilla a la muerte de Fernán González. Madrid.
  4. Martínez Díez, Gonzalo (2005). El Condado de Castilla (711-1038). La historia frente a la leyenda. Valladolid: Junta de Castilla y León.
  5. Pérez de Urbel, Fray Justo (1969). El Condado de Castilla. Los 300 años en que se hizo Castilla. Madrid.
  6. Sagredo Fernández, Félix (1975). «Los condes de Bureba en la documentación de la segunda mitad del siglo XI». Hispania, revista española de historia, 35.
  7. Serrano (1943). Poema de Fernán González. Madrid: Junta del Milenario de Castilla.
  8. Menéndez Pidal R. (1974). Historia de España. Espasa Calpe.