Skip to main content

En el sureste de Aguilar de Campoo, en la comarca conocida como «El Páramo», se encuentra Rebolledo de la Torre. Este pequeño pueblo, enclavado entre el noroeste de Burgos y el noreste de Palencia, es un tesoro del arte románico.

Aunque los historiadores mencionan un «Rebolledo» en un documento del año 853 como la primera referencia del pueblo. Hay un documento datado en 1081, ya con el nombre de «Rebolledo de la Torre».

La repoblación de esta zona, que en su día fue un señorío, se atribuye al abad Domingo y a su hermano Pelayo. Ellos atrajeron a colonos montañeses en el año 1181 para cultivar estas tierras, una fecha grabada en una de las ventanas de la galería de la iglesia.

La iglesia original de Rebolledo se levantó en 1186, dedicada a San Julián y Santa Basilisa. La construcción actual es del siglo XVI, pero afortunadamente conservó el muro sur de la nave y, sobre todo, su impresionante pórtico románico, que está considerado uno de los mejor tallados y conservados de la provincia. Fue obra del maestro Juan de Piasca y se compone de una puerta y diez arcos.

La galería tiene una planta rectangular de 17 metros de largo por 5 de ancho, con una pequeña rotura en la parte occidental. Se caracteriza por sus diez arcos de medio punto, que descansan sobre capiteles ricamente decorados que sostienen columnas, tanto simples como dobles. El alero de la galería también es notable, con 32 canecillos que representan animales como una cabeza de vaca, leones y seres fantásticos del bestiario y algunas escenas eróticas.

La puerta de la galería sobresale de la fachada. Está formada por un arco apuntado liso con dos arquivoltas. La interior está decorada con pequeñas hojas enmarcadas en arcos calados, mientras que la exterior tiene molduras. Ambas están protegidas por una chambrana con decoración vegetal. Los capiteles que soportan la arquivolta interior muestran dos leones con una sola cabeza que pisan un mascarón del que brotan tallos. En el otro capitel hay un dragón barbado frente a un león. En el lado oriental de la arquivolta exterior se ve una sirena flanqueada por dos dragones enlazados por tallos y, en el otro, el combate de dos centauros entre abundante follaje. Los capiteles y las jambas descansan sobre parejas de columnas.

La galería está configurada por los diez arcos de medio punto que se apoyan sobre capiteles muy bien decorados en la cesta y en el cimacio; descansan sobre columnas simples o pareadas de fuste liso. Hay siete vanos al oeste de la puerta de acceso y tres al este.

Cada capitel de la galería es una obra de arte. Aunque es difícil nombrarlos todos, los capiteles más destacados y reconocidos por los expertos son: El capitel de «Sansón desquijarando a un león»: Se reconoce a Sansón por su larga melena, cabalgando sobre el león y abriéndole las fauces con sus manos. El capitel del avaro: En una cara, el diablo tienta a un hombre que lleva una gran bolsa de monedas. En la otra, se representa su muerte y castigo, con su alma saliendo de su boca para ser recogida por un demonio. El capitel de la «Lucha entre un caballero y un dragón»: Un guerrero armado con escudo y espada combate a un dragón que le muerde el escudo. El capitel de «Psicostasis» o «Pesaje de las almas»: San Miguel pesa el alma de un difunto, mientras un demonio intenta desequilibrar la balanza para llevársela al infierno. El capitel del «Sacrificio de Isaac»: Se reconoce la escena bíblica en la que el ángel sale de una nube con el cabrito, a la izquierda de Abraham, cuyo brazo es detenido por el ángel mientras Isaac está arrodillado. Hay escenas de combates: Lucha entre caballeros o entre hombres y monstruos. Motivos vegetales: Hojas de acanto, palmetas y tallos entrelazados. Cabezas de vacuno, leones y seres del bestiario como grifos, arpías y otros híbridos.

Merece una mención especial la ventana occidental de la galería. Por fuera, es un vano estrecho con una arquivolta y un guardapolvo esculpido. Está dividido en el centro por un fino parteluz que sostiene un capitel con una cabeza monstruosa cuyas orejas se enlazan por la rosca inferior del arco. A cada lado del vano, sobre las enjutas, se despliega una de las escenas más famosas de la iglesia: el Pecado Original. En el centro de esta escena está el Árbol Sagrado, con la serpiente enroscada, y a sus lados, las figuras de Adán y Eva, representadas con gran realismo y expresividad. Esta representación, conocida como el «Maestro de Rebolledo», muestra un alto nivel de detalle y dramatismo. Por el interior, la ventana se convierte en un vano geminado, con arcos polilobulados que se apoyan en una pequeña columnilla que sirve de parteluz. El conjunto está enmarcado por un alfiz, una moldura rectangular que rodea los arcos y la columnilla. El alfiz, al igual que el exterior, está ricamente decorado con relieves que continúan la temática del Pecado Original, mostrando a Adán y Eva en sus respectivas representaciones del pasaje bíblico. Esta vista desde el interior resalta la complejidad y el simbolismo de la ventana, que se convierte en una verdadera obra de arte en sí misma.

En el pórtico se encuentran dos inscripciones clave. Una en el muro occidental relata la fundación del pueblo en 1079. La otra, en el arco central, menciona la consagración de la iglesia en 1195 y la construcción del edificio. Además, una de ellas lleva la firma del escultor y la fecha: Juan de Piasca, 1186.

Detrás del pórtico, en el muro sur, se encuentra la puerta de entrada a la iglesia. Es más sencilla que la del pórtico, pero es un valioso vestigio románico que sobrevivió a la reconstrucción del siglo XVI. Se cree que fue tallada por otros artesanos.

Finalmente, el interior de la iglesia, de dos naves, mantiene el encanto románico en su nave meridional, con su arco triunfal y su ábside plano.

Juan Pisuerga

MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:

Pérez Carmona, J. (1959). Arquitectura y escultura románicas en la Bureba y la Sierra de la Demanda.

Torres Balbás, L. (1925). La galería porticada de Rebolledo de la Torre.

Huidobro y Serna, L. (1931). Estudio de la galería porticada de San Julián Santa Basilisa.

 Bilbao López, G. (1996). El románico en la provincia de Burgos.

 Abásolo Álvarez, J. A. (1977). El románico en la provincia de Burgos.