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Hay pocos personajes en el mundo tan singulares como Cristóbal Colón. La mayor parte de sus biógrafos creen que era genovés, pero nunca mencionó su lugar de nacimiento. Se hizo al mar siendo adolescente, ocupando distintos oficios.

Se dice que un naufragio le llevó a Portugal, donde se formó técnicamente en la escuela portuguesa de Segres creada por el Enrique el Navegante.Se casó con Felipa, una mujer de una familia de navegantes. Con los navíos portugueses navegó por el atlántico desde Guinea hasta Islandia y se dio cuenta de la fuerza de los alisios, auténticos ríos de viento, que podían ayudar a navegar por rutas inimaginables. En uno de estos viajes empezó a concebir su proyecto: «Llegar a la India viajando hacia el oeste«.

Cuando Colón decidió que el proyecto era posible, no había ningún dato científico que avalara su teoría. Portugal y España eran entonces las Cortes con mayores conocimientos marítimos.

Se intuía que la tierra era redonda y se conocían aproximadamente sus distancias, pero se considera imposible un viaje en barco a las Indias por el oeste.

Los historiadores cainitas españoles han descrito a Colón como un intelectual para  argumentar, según ellos, la ignorancia de los reyes católicos.

Colón en el 1485 quiso presentar su proyecto al rey de Portugal, pero como no fue recibido se trasladó a España. Se puso en contacto con Fray Antonio de Marchena, un franciscano del monasterio de Rábida versado en astronomía, que intuía las medidas de la tierra. Colón suponía que la distancia desde las Canarias hasta Asia navegando hacia Occidente sería de unas 900 leguas (unos 5000 km), cuando la distancia real es de unas 9000 leguas marinas (unos 50000 km). Las carabelas en esta época recorrían entre 20 y 40 lenguas, una velocidad sobresaliente en aquella época. Marchena le entregó una carta para fray Hernando de Talavera, confesor de la Reina.

La reina Isabel, en el año 1486, una vez enterada del proyecto, ordenó someterlo a estudio. La energía del Reino estaba centrada en la conquista de Granada, pero valoró el proyecto, respaldado por los consejeros de su marido y por el financiero Luis de Santonge, que asumió parte de la cuota económica, cediendo parte de su fortuna personal a la Corona sin intereses, pero esperando recibir su cuota personal si el proyecto tenía éxito. La reina intervino para frenar las pretensiones económicas del navegante y del financiero. Tuvo que fundir los intereses de Colón y Sabtonge con los del país para el proyecto común.

Colón llegó a Palos de la Frontera para organizar el viaje. Iba a emprender un desafío científico sin precedentes y formalizar el mapa del mundo. El concejo de Palos había sido condenado a fletar dos barcos cada vez que la corona lo necesitase. Era el momento de cumplir la deuda.

Surgió un imponderable; nadie se atrevía a embarcar con Colón. Por suerte aparecieron los tres hermanos Pinzón: Martín Alonso, Vicente Yáñez y Francisco Martín. Martín Alonso era buen navegante, que había hecho fortuna en el mar y al que siempre se le unían marineros. Colón le conoció por Fray Antonio y después de discutir el proyecto fue convencido. Se fletaron tres barcos. Dos carabelas, la Pinta al mando de Martín Alonso, la Niña al mando de los otros dos hermanos, y una nao, la Santa María, al gobierno de Colón. Con ellos se embarcaron unos cien hombres, de los que se conoce el nombre de 87. Casi todos eran de Palos, pero llegaron marineros cántabros y vizcaínos, que se hicieron al mar en la Santa María. Entre ellos estaba Juan de la Cosa, un personaje increíble: marino, cartógrafo y vigilante de la reina Isabel.

Se hicieron al mar el 3 de agosto de 1492. Antes de llegar a las Canarias a La Pinta se le rompió el timón. La crónica de Bernáldez y la de Pedro Martín dicen que dejaron el litoral hispano a principios de septiembre, pero son las fechas en las que salieron de la Gomera hacia el oeste.

En pleno océano, los pilotos se dieron cuenta de que la brújula no marcaba exactamente el norte de la estrella polar, sino que se desviaba. Acababan de conocer y medir por la primera vez la declinación magnética: la diferencia entre el polo magnético y el polo geográfico.

El dieciséis de septiembre, el mar se llenó de algas que cubrieron gran parte del océano: el ahora conocido mar de los sargazos.

Los navegantes llevaban varias semanas en barco y el viento siempre soplaba del mismo lado. Según el diario de a bordo, el día 22 hubo un ligero cambio del viento. El uno de octubre Colón mintió a los marineros sobre la distancia recorrida. Martín Alonso Pinzón pidió al almirante que cambiase el rumbo al suroeste, lo que hizo dos días después.

En la noche del día seis de octubre estalló la primera revuelta. Los días pasaban, llevaban mil leguas recorridas y no habían visto tierra. El día 10 de octubre, los marineros presentaron muchas quejas a Colón, pero les convenció para que tuvieran paciencia, que su propósito era llegar a las Indias. Los pinzones le dieron un ultimátum. Navegarían tres días hacia el oeste y si no veían tierra, se volverían a España. COLÓN les dijo que habían visto vegetación en el agua y aves, lo cual indicaba que podría haber tierra cerca.

En la madrugada del 12 de octubre de 1492, el vigía de la pinta, Juan Rodríguez Bermejo, un militar y marino español conocido como Rodrigo de Triana, dio el grito de «Tierra a la vista». Colón pensó que habían llegado a unas islas de la India, pero en realidad estaban en el archipiélago de las Antillas en una isla llamada Guanahani. Al amanecer, el almirante saltó a tierra enarbolando la bandera de los Reyes Católicos, con la heráldica de Castilla y de Aragón, escoltado por dos capitanes Pinzones, que llevaban sendas banderas con cruces verdes como fidelidad a Dios y con las iniciales F.I. de Fernando e Isabel. Colón tomó posesión de la tierra en nombre de los reyes católicos, y la llamaron San Salvador. Se entrevistaron con pacíficos nativos de lengua ininteligible. Fue el primer encuentro entre dos mundos distintos. Los indios, impresionados por ver hombres blancos, con barba, armas de metal y barcos enormes, les preguntaron por señas si venían del cielo. Los indígenas pertenecían al pueblo taíno. La isla Guanahani es una de las islas del archipiélago de las Antillas y en concreto de las Bahamas. Colón intercambió regalos con los indígenas y vio que algunos llevaban pequeñas joyas de oro y se dio cuenta de que tenía cicatrices en su piel. Las señalaba y les preguntaba qué era aquello. Al parecer les acosaban pueblos de otras islas y ellos se defendían.

Desde San Salvador prosiguieron su viaje por el mar y se encontraron con otra pequeña isla que Colón llamó Santa María de la Concepción y otra que llamó Fernandina. Días después encontraron otra a la que llamaron Isabela. Bordearon la costa oriental de una isla grande que llamaron Juana, pero sin poder comerciar con los nativos por prohibición de Colón. El día 2 de noviembre, el almirante envió a cuatro hombres a explorar el interior de la isla; dos españoles y dos nativos. Midió la latitud con el cuadrante y obtuvo, según Las Casas, un valor de 42º norte que en realidad es imposible desde Cuba. El 12 de noviembre regresaron los exploradores y Colón estuvo confuso y desorientado por la medida de latitud.

El día 16 de noviembre, Martín Alonso Pinzón, sin que se conozca la causa, tomó rumbo al sureste, a una isla que los indios llamaban Bariquen eque. Según Las Casas fue «por codicia», aunque Fernández Duro subraya que fue un incidente de navegación, y Jesús Varela opina que fue indisciplina y porque, según su opinión, Colon era un pésimo navegante. La ruta seguida por Pinzón tampoco se conoce con certeza.

Colón continuó navegando por la costa este de Cuba. El 6 de diciembre avistó una gran isla que bautizó como la Española y llamó a un pequeño golfo San Nicolás, por ser descubierto el día de ese santo. Navegó hacia el este por la costa norte de la isla, donde encontró la llamada isla de la tortuga. El recorrido lo hizo con la ayuda de guías indígenas. Navegando hacia el este de la isla encontró un cabo que llamó Cabo Santo y, más al este, el 4 de enero de 1493 avistó un gran monte metido en el mar, parecido a una isla, que llamó Monte Cristi.

El 24 de diciembre la Santa María encalló en un banco de arena. Les prestaron apoyo los indígenas para rescatar a la tripulación y la carga. El almirante se entrevistó con el cacique, intercambiando regalos. El indio le dio una caja de oro y acordaron que los españoles les protegerían del cacique caníbal de la isla llamado Canoabó. Para ello, dejarían un asentamiento en la isla con 39 hombres y construirían un fuerte llamado Navidad con los restos de la Santa María. Entretanto, La Pinta había llegado a la costa norte de La Española, descubriendo un puerto natural en la desembocadura de un río, la actual bahía de Luperón; intercambiaron objetos por oro con los nativos.

Enterado del naufragio de la Santa María, El 27 de diciembre llegó Pinzon para unirse al almirante. El día 6 de enero se reunieron los dos capitanes y Colón perdonó la separación. Una de las cosas más interesantes del viaje fue el descubrir que en la isla existía una región que los indígenas llamaban Cibao, que a Colón le sonaba similar a Cipango, que era como se conocía Japón.

Las relaciones con los indígenas fueron pacíficas, de curiosidad, de regalos mutuos y colaboración. Sin embargo, el 13 de enero de 1493 se produce en La Española una batalla. Unos siete españoles bajaron a la tierra y comenzaron a comprar a los indios flechas, arcos y otras armas, pero llegó un momento en que los indios no quisieron entregar más armas. Fueron donde tenían apartados sus arcos y volvieron con cuerdas para atar a los cristianos. Los españoles más entrenados en el arte de la guerra dieron a un indio una puñalada en las nalgas y a otro un flechazo en el pecho. Los nativos se retiraron y los navegantes volvieron a sus buques. El Almirante les había advertido de que eso podía pasar.

Colón volvió a España. Fue recibido por los Reyes Católicos en Barcelona. El almirante vino con 6 nativos, varios papagayos y algunas joyas de intercambio.

Para Isabel y Fernando comenzaba una nueva aventura. El descubrimiento de América tuvo un impacto trascendental en la historia del mundo. Abrió una nueva ruta de comercio entre Europa y Asia, y supuso el inicio de la colonización europea de América con un enorme impacto cultural, económico y religioso.

El primer viaje de Colón es uno de los acontecimientos más importantes de la historia del mundo. Supuso un cambio en la sociedad europea. Los reyes ordenaron un nuevo viaje, armando diecisiete barcos con 1500 hombres.

Para Isabel y Fernando comenzaba una nueva aventura. El descubrimiento de América tuvo un impacto trascendental en la historia del mundo. Abrió una nueva ruta de comercio entre Europa y Asia, y supuso el inicio de la colonización europea de América con un enorme impacto cultural, económico y religioso.