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Desde el siglo IX a. C., Cibeles fue una diosa adorada por los pueblos mesopotámicos y prehelénicos de Asia Menor. Fue la diosa frigia de la fertilidad que extendió su culto al mundo griego. Allí se la asimiló a Rea, hija de Urano, el dos del cielo que cubre la Tierra desde su bóveda celeste, y de Gea, la diosa de la tierra fértil y madre de la vida.

En Roma, se la conoció como Cibeles, la Diosa Madre que personifica la energía de la Tierra. La diosa de la fertilidad, la maternidad, la familia, la agricultura y la protectora de las ciudades.

Carlos III accedió al trono de España tras el fallecimiento de sus medio hermanos Luis I y Fernando VI. Era hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Había sido rey de Nápoles y Sicilia durante 25 años, por lo que cuando ascendió al trono español en 1759, ya tenía una vasta experiencia de gobierno. Al año de llegar a Madrid, falleció su esposa María Amalia de Sajonia y el rey nunca volvió a casarse. Durante su reinado, Carlos III transformó Madrid en una ciudad moderna, elegante y cosmopolita, gracias a importantes reformas urbanísticas, culturales y sociales. Su legado sigue siendo evidente y los madrileños lo recuerdan con cariño como «el

En pleno Neoclasicismo, en 1782, el rey encargó al maestro cantero de corte Ventura Rodríguez, con la colaboración de José de Hermosilla y Manuel de la Vega, un grupo escultórico de fuentes. El objetivo era abastecer de agua a los madrileños y embellecer la ciudad. Los diseños incluían a los dioses Apolo, Neptuno, Hércules y Cibeles, y se ubicarían dentro de la remodelación urbana conocida como el «Salón del Prado». Las fuentes fueron inauguradas en 1792.

El monumento de la Cibeles fue obra del escultor Francisco Gutiérrez; los leones, del francés Roberto Michel, y las cenefas decorativas, de Miguel Jiménez. El conjunto fue labrado en mármol de Montesclaros. Inicialmente, la fuente se situó en el primer tramo del paseo del Prado, frente al Palacio de Buenavista y mirando a la fuente de Neptuno. Contaba con dos surtidores de agua y un pilón para las caballerías.

Cuando se construyó la fuente, la Ilustración y el neoclasicismo estaban en auge, y su figura se inspiró en la mitología clásica. La escultura es una obra maestra neoclásica, no solo una pieza de arte, sino también un patrimonio cultural y un símbolo de la ciudad.

En 1858, la fuente fue trasladada al centro de la plaza donde se encuentra actualmente, siguiendo el proyecto de José López Salaverry. Este cambio de orientación fue rechazado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y por gran parte de los madrileños.

En el monumento, la diosa, con rasgos de una mujer robusta, está sentada y ligeramente recostada sobre su lado izquierdo en un trono del que tiran dos leones. Su cuerpo está cubierto por una túnica y sostiene en la mano derecha un cetro que reposa en su regazo; con la izquierda, alza las llaves para guardar los tesoros de la Tierra y de la ciudad. Una corona almenada reposa sobre su cabeza, simbolizando su papel como reina protectora de la ciudad.

El carro, de forma cúbica, parece balancearse. Descansa sobre una base rocosa con figuras alegóricas: una rana, como símbolo del agua; una serpiente, que representa el inframundo, y unas plantas que brotan de una tierra viva y fértil.

Los jóvenes leones, Hipómenes y Atalanta, simbolizan las energías domadas por la diosa y están encargados de defender y proteger la ciudad.

Detrás del carro, y elaborado años más tarde en mármol de Carrara, hay dos niños semidesnudos: uno arrodillado que arroja agua desde un ánfora, mientras el otro, de pie, sostiene una caracola.

El monumento reina en la emblemática plaza madrileña; su majestuosa fuente se ha convertido en un símbolo de la ciudad. La fuente de Cibeles ha dado nombre a la plaza y se ha convertido en un punto de referencia tanto para madrileños como para visitantes.

Con la llegada del agua a Madrid desde el Canal de Isabel II, la fuente perdió su uso público y el Ayuntamiento decidió rodearla con una verja. Se retiraron los caños de agua, un oso y un grifo del bestiario, que actualmente se encuentran en el patio del Museo de los Orígenes de Madrid. La verja rodeó el monumento durante unos 50 años.

Durante la Guerra Civil, la escultura fue protegida de los bombardeos con sacos de arena. Después de la guerra, el Ayuntamiento añadió una franja ajardinada y ahora la fuente está rodeada por un pequeño estanque con dos potentes surtidores laterales que elevan el agua unos 9 metros, y otros dos más pequeños, uno delante y otro detrás de la diosa.

La artística verja estuvo perdida hasta finales del siglo pasado, cuando se localizó casualmente cercando el recinto de la Banda Municipal del Ayuntamiento de Madrid, en el Puente de los Franceses. Los expertos comprobaron que no estaba completa y sus investigaciones los llevaron hasta la localidad de Torres de la Alameda, donde fue localizada. Aún faltaba un buen trozo que adornaba la ventana de la casa de una familia en el número 10 de la calle Mayor, quienes la habían comprado a un chatarrero en la década de 1960-1970. Todavía faltaba otra parte con la que protegieron las ventanas de su casa solariega de pueblo.

Más allá de su belleza artística, la fuente de Cibeles ha adquirido un profundo significado como símbolo de Madrid. Se utiliza como representación de la ciudad en guías y logotipos.

Falta por relatar una leyenda urbana, sea real o no: la Cibeles oculta un gran secreto. La cámara acorazada del Banco de España se encuentra varias plantas bajo tierra, justo al lado de la Fuente. De hecho, existe una conexión entre la fuente y el sistema de seguridad de la cámara: se dice que, en caso de intento de robo, las puertas blindadas de la cámara acorazada se cerrarían y la inundarían con el agua del arroyo subterráneo que alimenta la fuente. Pero su mejor arma, por increíble que parezca, es el complejo mecanismo que se esconde bajo la diosa.

Juan Pisuerga

PARA MÁS INFORMACIÓN

  • Del Corral, José. Curiosidades de Madrid. El País-Aguilar, 1990.
  • García, Reyes; Écija, Ana María; Larrea, Benjamín. El ayer de Madrid, el Madrid de hoy. Editorial La Librería, 1995.
  • González Serrano, Pilar. La Cibeles, nuestra señora de Madrid. Madrid: Ayuntamiento, D.L.
  • Imágenes de Madrid. Ayuntamiento de Madrid, Concejalía de Cultura.
  • Madrid en la tarjeta postal. Ediciones Santurce.