En el corazón de la Ribera del Duero, al suroeste del pueblo I de Coruña del Conde, se alza la ermita del Santo Cristo de San Sebastián.
Durante siglos, los habitantes de la región reutilizaron los sillares y lápidas de la antigua ciudad hispanorromana de Clunia para construir nuevos edificios, desde castillos hasta viviendas nobles. Hoy, las ruinas de Clunia constituyen un yacimiento clave para el estudio de la Hispania citerior. La cercanía de la ermita a este lugar facilitó el reaprovechamiento de materiales romanos, una práctica habitual de la época.
Construida entre finales del siglo XI y principios del XII, la ermita parece haber sido levantada sobre una estructura visigoda. Su planta rectangular, de una sola nave, presenta un ábside cuadrangular, más estrecho y bajo que el resto del templo. Esta singular característica, frecuente en edificaciones románicas con influencias prerrománicas, sugiere su origen visigótico.
Los muros de la ermita están construidos con mampostería irregular y piezas reutilizadas. En ellos se pueden apreciar sillares con relieves romanos e incluso símbolos paganos como un cuerno de la abundancia, que contrastan notablemente con la función religiosa del templo. La reutilización de materiales no solo se debe a su disponibilidad, sino que también refleja una continuidad cultural, adaptando símbolos antiguos a nuevos contextos. Como se ha dicho: «La Ermita del Santo Cristo de San Sebastián es un ejemplo destacado de cómo la arquitectura puede servir de puente entre diferentes épocas y culturas”.
La mezcla de elementos arquitectónicos de diferentes épocas convierte a la ermita en un testimonio vivo de la historia. Su estudio y conservación permiten comprender mejor la evolución de las técnicas constructivas y artísticas de la comarca.
El ábside cuadrado es una de las características más singulares del románico burgalés. Sus canecillos, aunque deteriorados por el tiempo, sostienen el alero del tejado con figuras humanas, mitológicas y animales. Pero lo más notable son sus arquerías ciegas, tanto por su forma como por las lápidas reutilizadas.
La puerta de entrada, situada en el muro sur, es sencilla: un arco de medio punto con dos arquivoltas, una de ellas ajedrezada. Las jambas, también reaprovechadas con material romano, muestran una cesta en el lado izquierdo.
“El interior de la ermita es austero, pero alberga un valioso patrimonio artístico. En el altar mayor hay un crucifijo románico del siglo XIII, y en las paredes se conservan varios frescos góticos”.
La ermita del Santo Cristo de San Sebastián es un valioso ejemplo del románico rural castellano, que integra elementos cristianos con materiales de origen romano, reflejando así una rica superposición cultural.
Juan Pisuerga
PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:
- Abásolo, J. A. (1994). “Sobre algunas escuelas hispanorromanas”. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología.
- Palomero Aragón, F. (1992). Rutas del románico burgalés. Burgos.
- Huidobro Serna, L. (1929). “El arte visigótico en Castilla”.
- Gutiérrez Behemerid, M.ª Á. (2000). “Los programas decorativos en las ciudades de la Meseta norte”. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología.
- García Guinea, M. A. (2002). “Coruña del Conde. Ermita del Santo Cristo”. Enciclopedia del románico en Castilla y León.