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La historia de los Reyes Magos tiene sus raíces en el Nuevo Testamento, específicamente en el Evangelio de Mateo (2:1-12), donde se narra la visita de unos «magos de Oriente». Estos magos siguieron una estrella que apareció en el cielo y se detuvo en Belén para que pudieran adorar al niño recién nacido. Aunque el texto bíblico no ofrece muchos detalles sobre ellos, ni menciona cuántos eran ni sus nombres, con el tiempo, la tradición cristiana ha enriquecido este relato.

En su origen, la narrativa dice que los magos llegaron de Oriente. Es importante recordar que Mesopotamia era una de las cunas de la civilización, y de allí provenían ideas como el monoteísmo. Se ha escrito en varias ocasiones que los que fueron a adorar al niño eran hombres sabios, probablemente astrólogos de Persia o Babilonia. Al ver una «estrella especial», decidieron seguirla, ya que les indicaba el nacimiento del «rey de los judíos». Con el tiempo, los «magos» se asociaron con reyes, basándose en profecías del Antiguo Testamento, como en Isaías 60:3, que hablaban de reyes que traerían regalos.

La tradición señala que le llevaron tres regalos simbólicos: Oro para demostrar su realeza. Incienso como símbolo de su divinidad. Mirra, un elemento que se utilizaba en embalsamamientos, prefigurando su sufrimiento y muerte.

Aunque la Biblia no especifica su número, se ha asumido que eran tres debido a los tres regalos.

A partir del siglo VI, comenzaron a aparecer en textos sus nombres cristianizados: Melchor, Gaspar y Baltasar. A cada uno se le asignó un territorio del mundo conocido: Melchor aparece como un anciano de cabello y barba blanca que representa a Europa; Gaspar es un joven de piel clara, asociado con Asia; y Baltasar, un hombre de piel oscura, indica la presencia de África. Estos tres sabios, magos o reyes simbolizan la universalidad del mensaje de todas las naciones que quieren conocer al niño Salvador.

La Real Academia Española (RAE) define, en primer término, epifanía como una aparición, revelación o manifestación. En segundo lugar, como la celebración de la Iglesia de la adoración de los Reyes Magos.

La fiesta de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero, conmemora la visita de los Reyes Magos y es especial en países como España y muchos de Hispanoamérica. En estos lugares, los niños ponen sus zapatos limpios para que “los Reyes” les dejen regalos. En ese día, es tradición comer el «Roscón de Reyes», un pan dulce o bizcocho en el que se suele ocultar una figura del niño Jesús. Este acto del catolicismo está siendo gradualmente sustituido por la figura de Papá Noel, impulsada por el comercio anglosajón.

La historia de los Reyes Magos ha sido representada en obras de arte, literatura, teatro y cine a lo largo de los siglos. Sus figuras juegan un papel importante en los belenes navideños.

La historia de los Reyes Magos, aunque basada en un relato breve del Evangelio, se ha convertido en una de las tradiciones más queridas y ricas del cristianismo, reflejando la diversidad y la esperanza en la humanidad.

La adoración de los Reyes Magos tiene un profundo significado teológico al incluir a magos o sabios de distintas partes del mundo, representando la universalidad de la Iglesia desde el nacimiento del Señor.

En el arte románico, este tipo de obras buscaba educar a una población mayoritariamente analfabeta, enseñando pasajes bíblicos como una catequesis visual para los fieles. Se pueden ver numerosas representaciones en monasterios e iglesias de la península.

En España, el capitel de Santo Domingo de Silos es probablemente el más conocido, pero hay muchos otros de muy buen tallado, como en Santa María de Piasca en Cantabria, donde los Reyes Magos llevan corona. En Santo Tomé de Soria, las imágenes de los magos están en una de las dovelas de la puerta. El capitel de San Juan de Duero es de tipo narrativo, con varias caras; las imágenes se distribuyen alrededor del bloque de manera que las escenas se van viendo al girar por la columna. Los Reyes Magos se presentan en actitud de adoración con regalos en sus manos, mientras que la Virgen María está sentada con el Niño Jesús en su regazo dentro de una cueva. La escena está rodeada por otros elementos como la estrella guía, los pastores, animales y ángeles. Estos elementos significan que las criaturas angelicales, los animales y los ornamentos florales son también obra de Dios. Los rostros de los Reyes son poco expresivos y llevan túnicas largas con pliegues que transmiten un estilo románico tardío.

Juan Pisuerga

 PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:

  1. Enciclopedia del románico en Castilla y León: Soria. (1999). Fundación Santa María la Real.
  2. Cardini, Franco (2001). Los Reyes Magos. Ediciones Península.
  3. Enciclopedia Católica. (2009). «Reyes Magos».
  4. Nuevo Testamento. «Los Magos, la estrella