EL REINO DE ASTURIAS EN LOS SIGLOS VIII Y IX
Las Asturias de Oviedo y las de Santillana formaron el solar donde se forjó el primer reino cristiano de la península.
Desde Alfonso I hasta finales del siglo XII, las Asturias de Oviedo recogían las comarcas de Asturias, Galicia, la Montaña Leonesa, el Bierzo y la Maragatería. Y las Asturias de Santillana abarcaban la Liébana, Cantabria, Vizcaya, Álava, la Montaña Palentina y las tierras del Alto Ebro.
Alfonso I trasladó a la franja norte a los hispano-godos de la meseta septentrional, dejando un terreno yermo. El profesor Sánchez Albornoz afirma que la despoblación fue acción directa del rey asturiano para evitar que las aceifas cordobesas tomaran ese camino por la carencia de suministros. Otros autores escriben que la despoblación tuvo su origen en una desorganización social. Los campos góticos basaban su economía en el vasallaje de los hispano-godos, herederos del sistema esclavista romano. Cuando el régimen se hundió, sus habitantes emigraron al norte dando por hecho que en la franja norte había recursos para su sustento, lo cual es incierto.
La reacción de los montañeses hispano-godos de la cornisa cantábrica contra el islam se hace visible en la mítica batalla de Covadonga del año 722.
Algunos historiadores no están de acuerdo con el término «reconquista». Sin embargo, la sociedad hispano-goda de la franja norte se posicionó como heredera del reino visigodo y creía en el derecho de recuperar sus territorios. Los árabes establecieron la vigilancia de esa comarca en Astorga y en Amaya.
La región oriental de la meseta norte estaba poblada a finales del siglo VIII por hispano-godos descendientes de pueblos prerromanos. Con la invasión musulmana, en estas comarcas se instalaron bereberes, árabes y los muladíes.
Los musulmanes, para vigilar las tierras del valle bajo del Miño, se instalaron en Tuy. En el 741, con la sublevación bereber del norte de África, Galicia y la Meseta Norte sufrieron una nueva despoblación. Los bereberes, que habían ocupado estas tierras, se trasladaron al sur de la península para unirse a la revuelta.
Cuando Bermudo dejó el trono astur en el año 791, emergió la insigne figura del rey Casto, que estableció la corte en Oviedo, una aldea habitada por un grupo de hispano-godos. En los primeros años se dedicó a organizar el reino y a detener los ataques de Hisham I. Los musulmanes saquearon Oviedo, pero Alfonso les tendió una emboscada entre Mieres y Pola de Siero, derrotándolos en la batalla de Lutos, que dio al rey asturiano fama de caudillo militar.
Los disturbios internos del emirato y la presión de los francos obligaron a los musulmanes a distribuir sus fuerzas, lo que favoreció al reino astur.
En el año 796 fallece Hishem I y le sucede su hijo Al-Hakam I, que de nuevo envió un ejército contra el sureste del reino, pero por las conspiraciones internas del emirato tuvieron que regresar a Córdoba. En el 797, Alfonso II, aprovechándose de esas disensiones, lanzó una aceifa contra Lisboa, rescatando esclavos y llevándose un importante botín. A su vuelta, volvió a despoblar la meseta norte y de nuevo trasladó a sus habitantes al norte peninsular. Para iniciar una política de alta densidad de población como base para aumentar su capacidad militar.
El rey Casto intentó establecer relaciones diplomáticas con Carlomagno por medio de tres embajadas. En la del año 795, contactó con su hijo Ludovico Pío. Aunque no se conocen los contenidos, se sospecha que fue mantener las mismas posturas respecto a la teoría del adopcionismo.
El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago aseguró la integración de Galicia en el Reino de Asturias. La peregrinación a Santiago empezó por la antigua calzada romana que, desde Aquitania, llegaba a Astorga. Una ruta de vital importancia para el reino astur. Fue conocida como la ruta jacobea o el Camino Francés. A través de él llegarán de Europa nuevas ideas, nuevas técnicas, nuevas formas de comercio e incluso novedades arquitectónicas.
Con Alfonso II, el reino asturiano se fue expandiendo por la Transmiera y el Bierzo. La política territorial de Alfonso se centró en la repoblación de los valles internos de Asturias y Cantabria. Los primeros emigrantes aparecieron en los valles altos del Ebro, en el norte de las provincias de Burgos y Álava, territorios vinculados al reino de Asturias. Los colonos montañeses fundaron monasterios en Taranco, en el valle de Mena, y en el de Valpuesta, donde el obispo Juan estableció su diócesis. Los musulmanes se dedicaron a lanzar razias periódicas sobre las tierras recién repobladas que los cronistas árabes llamaban Al-Qila.
El rey Casto murió en 842 después de un reinado de 50 años sin descendencia, lo que provocó un nuevo enfrentamiento dinástico. Ramiro, su sucesor, estaba en las Vardulias para contraer segundas nupcias. De su primer matrimonio con Urraca había nacido Ordoño. Nepociano, un conde palatino, se proclamó rey de Asturias. Conocida la noticia, Ramiro se desplazó a Galicia y, con la ayuda de su hijo, formó un ejército con el que recuperó el reino, derrotando a Nepociano.
En el año 843, una flota normanda costeó las ciudades cantábricas. Intentaron conquistar Gijón, pero como estaba muy defendida, se alejaron hacia el oeste y desembarcaron en la comarca coruñesa, donde un contingente de astures y gallegos les expulsó.
Ramiro I no se prodigó en exceso contra los musulmanes. Fue atacado por los islamitas en dos ocasiones, pero en ambas los derrotó. En contraste, aparecieron varias sublevaciones de la nobleza sin trascendencia. Ramiro limpió las ciudades, pueblos y caminos de ladrones, magos y embaucadores, actuando con dureza con ellos. Se le llamó la vara de la justicia.
Mandó construir cerca de Oviedo un conjunto arquitectónico palaciego: un pabellón real y una iglesia palatina en la ladera del monte Naranco. El conjunto ha sido llamado arte ramirense. Cuando muere Ramiro en el año 850, entra en escena Ordoño I, que es el primer rey de Asturias por herencia.
PARA MÁS INFORMACIÓN
- Menéndez Pidal. Historia de España. Ed. Espasa Calpe. 1974.
- Argüelles, Fulgencio (1996). Los clamores de la tierra. Alfaguara.
- Martínez Díez, Gonzalo (2004). El Condado de Castilla (711-1038). La historia frente a la leyenda. Valladolid: Junta de Castilla y León.
- Sáez, Emilio (1948). «Notas para el estudio de la monarquía astur-leonesa». Hispania: Revista Española de Historia (Madrid: CSIC, Instituto Jerónimo Zurita).
- Sánchez Albornoz, Claudio (1985). Orígenes de la nación española. El reino de Asturias. Editorial SARPE.