El primer tranvía de Valladolid comenzó su andadura en 1861, impulsado por tracción animal.
Los talleres de la empresa «Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España» fueron la primera gran industria que se estableció en Valladolid. Esta empresa iba a dar trabajo a muchos ciudadanos, tanto en los talleres propiamente dichos como en empresas secundarias. Sus instalaciones se ubicarían en las cercanías del Campo Grande, entonces conocido como Campo de Marte, y cerca de la primera estación de tren, que ya estaba proyectada.
En el año 1879, se creó la Sociedad de Transportes Interiores de Valladolid. En la ciudad se estaba produciendo un enorme crecimiento demográfico que generó una mayor demanda de transporte para conectar diferentes puntos y facilitar el movimiento de personas que, por motivos laborales, comerciales o de ocio, tenían que desplazarse. El transporte a pie era lento y un tranvía podía acortar las distancias fácilmente.
Aunque los carruajes ofrecían una alternativa para la movilidad, eran costosos y no accesibles para toda la población. Un sistema de transporte público como el tranvía ofrecía una solución más eficiente y económica, y se consideraba un símbolo de progreso y modernidad, lo que ponía a la ciudad a la altura de otras ciudades europeas que ya contaban con este tipo de transporte.
En 1881 se inauguró el sistema de vapor con una línea que unía la estación del Norte con la plaza de San Pablo, en un recorrido de unos 2,4 kilómetros con una ruta que transitaba por: el paseo de Recoletos, la calle de Santiago, la Plaza Mayor, la calle de la Fuente Dorada, la plaza del Altozano, la bajada de la Libertad, la calle de las Angustias y la corredera de San Pablo hasta la plaza de San Pablo y el Palacio Real. El recorrido completo costaba 15 céntimos de peseta y los tramos parciales, 10 céntimos.
El transporte público permitía conectar de manera rápida y cómoda la estación de ferrocarril con el centro de la ciudad y con otras áreas importantes, como la Audiencia, la Plaza de Toros o el Cementerio.
Posteriormente, se construyeron otros ramales. Uno conectaba con la Audiencia y el cementerio. Otro ramal unía la Plaza Mayor con la nueva Plaza de Toros, que se inauguró en 1890. Este último recorría las calles Duque de la Victoria, Miguel Íscar y el paseo de Zorrilla.
Se esperaba que el tranvía impulsara la economía local al facilitar el movimiento de personas y mercancías para fomentar el comercio y la actividad social.
El tranvía eléctrico funcionó en Valladolid desde el 7 de septiembre de 1910 hasta el 6 de noviembre de 1933. El Ayuntamiento decidió retirarlo porque la compañía que gestionaba el tranvía no obtenía suficientes beneficios y se consideraba que el servicio era económicamente insostenible. Además, se dijo que los cruces de las vías del tranvía causaban congestión y atascos en las calles, y generaban problemas para la circulación de otros vehículos.
Finalmente, el 6 de noviembre de 1933 se canceló el servicio del tranvía eléctrico en Valladolid. El material móvil se vendió a la Compañía de Tranvías de Gijón.
Juan Pisuerga.
PARA MÁS INFORMACIÓN SE PUEDE CONSULTAR A:
- Ramírez Estévez, Guillermo (2007). «Historia de un tranvía».
- Cañas, Mariano (2009). Los tranvías.
- Agapito y Revilla, Juan; Alonso Cortés, Narciso (1915).
- Cañas, Mariano (2006).