Fabio Nelli fue un banquero que se instaló en Valladolid en el siglo XVI, proveniente de una familia de financieros de Siena. La personalidad de Fabio es clave para entender el auge económico y cultural que tuvo Valladolid en los siglos XVI y XVII. Como otros banqueros de su época, Fabio prestaba dinero a nobles, particulares y comerciantes, siendo los intereses una importante fuente de ingresos. Nelli estuvo involucrado en otras actividades financieras y comerciales de mayor peso.
Contrajo matrimonio con doña Violante Rivadeneira, con la que tuvo dos hijas. La mayor, Damiana, se casó con su primo Hernando de Rivadeneira, y la otra, Leonor, con Cristóbal de Benavente, conde de Fontanar.
El banquero prestaba dinero también a la Corona, que a menudo se encontraba en una mala situación económica por los gastos de las guerras que mantenía en Italia, por los conflictos armados en el Mediterráneo contra los otomanos y por la presión belicista de los Países Bajos, Francia e Inglaterra. La plata que llegaba de América no se quedaba en España; iba a subsanar los gastos de guerras, a menudo religiosas, impulsadas de manera oculta por los mismos banqueros europeos que prestaban dinero al reino de España, o para pagar a la gigantesca administración imperial que necesitaba de muchos funcionarios. En última instancia, se usaba para adquirir bienes por la necesidad de la población ante la falta de interés de los españoles por el desarrollo industrial, ganadero y agrícola.
Prestar dinero al reino era una forma de inversión que generaba buenos beneficios y, además, otorgaba un gran prestigio social que facilitaba tener relaciones comerciales directas con nobles, cortesanos y burgueses.
En el espacio donde ahora se encuentra el palacio, había varias casas propiedad de Pedro Fernández, conde de Osorno, que don Fabio compró en 1575. En 1599, sabiendo que la corte de Felipe III se instalaría en Valladolid, también adquirió las casas de la plaza del conde de Benavente, hoy plaza de la Trinidad. Ese mismo año compró una extensa finca entre Boecillo y Villanueva de Duero. En esa época, muchos nobles y burgueses poseían propiedades rurales que les proporcionaban ingresos por la producción agrícola.
Cuando su mujer murió en 1591, compró una capilla funeraria en el convento de San Agustín. Y en ese año constituyó un mayorazgo a favor de su hija Damiana y sus descendientes. Tras el fallecimiento de su hija en 1614, el mayorazgo pasó al hijo de esta, Alonso Nelli.
La pieza visible de su legado es el magnífico palacio que el italiano mandó construir en 1576 y que se terminó en 1597. Fue su lugar de residencia y de trabajo. La construcción y el mantenimiento implicaban una gran inversión, pero también le generaban ingresos por el alquiler de espacios.
El primer cantero encargado de levantar el edificio fue Juan González de la Lastra, pero, al fallecer en 1582, la obra la continuó Pedro de Mazuecos el Mozo, con la colaboración de otros canteros.
La obra refleja la evolución del estilo renacentista en Valladolid y es un hito de la arquitectura civil de la ciudad. Debido a su fe religiosa, Nelli hizo grabar en la fachada: «Soli Deo honor et gloria». Solo a Dios honor y gloria. Además de esta inscripción, la fachada presenta otros elementos decorativos que simbolizan la riqueza y el poder de su propietario, como la decorada puerta de entrada de estilo romano, enmarcada entre dos torres, como si fuera un arco de triunfo, aunque en realidad, este no es más que un elemento común en las construcciones renacentistas de la época. En la fachada hay ángeles victoriosos, cestos con fruta, una representación de Baco, el dios del vino, y motivos decorativos al gusto italiano. Con el tiempo, se añadió el escudo del marqués de la Vega, nieto de Fabio Nelli, quien heredó el palacio.
El patio del edificio es un claro ejemplo del clasicismo renacentista. Está rodeado por arcadas de medio punto soportadas por columnas toscanas que crean un fantástico espacio de sombras. Las paredes están decoradas con balaustradas, yeserías y con pinturas de motivos vegetales, geométricos y con medallones típicos del Renacimiento. En el centro, una fuente aporta un toque de frescura y serenidad al ambiente. Una imponente escalera de doble rampa, diseñada por Pedro de Mazuecos, conecta los diferentes niveles del palacio.
En la actualidad, es usado como museo, en el que se pueden ver cerámicas, alfarería, utensilios y herramientas de época, así como esculturas celtíberas, y elementos y monedas de las épocas romana, visigoda, árabe y mozárabe. Hay secciones de orfebrería, pinturas góticas y un excelente mobiliario. En definitiva, es un museo arqueológico.
Juan Pisuerga
PARA MÁS INFORMACIÓN SE PUEDE CONSULTAR A:
1– Villalobos Alonso (1992): El debate clasicista y el palacio de Fabio Nelli. Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid.
2. María Antonia Fernández del Hoyo (2002). Casas y palacios de Castilla y León:
3 Delibes de Castro, F., Pérez Rodríguez-Aragón y E. Wattenberg García (1997). Museos de Valladolid. Junta de Castilla y León. Valladolid.
4. Juan José Martín González (1983). Monumentos civiles de la ciudad de Valladolid: Catálogo monumental. Diputación de Valladolid
5- Jesús Urrea Fernández (1996). Arquitectura y nobleza: Casas y palacios de Valladolid. Valladolid: Junta de Castilla y León.
6- Luis Calabia. Valladolid ciudad. Diputación de Valladolid. 1979