LA VIRGEN DEL CARMEN
«STELLA MARIS», PATRONA DE LOS MARINEROS
El Monte Carmelo, conocido en hebreo como Ha Karmel, «un bonito lugar de Dios», es una pequeña cordillera situada en el norte de Israel. Esta zona destaca por su belleza natural, con bosques de pinos, encinas y matorrales que se alternan con praderas. Su vertiente occidental desciende suavemente hasta el mar, mientras que la oriental es abrupta, llena de cuevas y barrancos.
Es un monte considerado sagrado por el judaísmo, el cristianismo, el bahaísmo y los esenios.
El libro de Amós, en el Antiguo Testamento, lo describe como un lugar boscoso con numerosas cuevas en su parte oriental, que servían de refugio para ermitaños y bandidos.
La relevancia de este monte proviene de la narrativa bíblica. El rey Acab, influenciado por su esposa Jezabel, había apartado al pueblo judío de Dios. Jezabel, de hecho, adoraba a Baal, el dios cananeo de la lluvia y la fertilidad. El profeta Elías, cuyo nombre hebreo significa «Dios es mi fuerza», anunció una sequía como castigo por la idolatría de los israelitas. Elías se refugió en el Monte Carmelo para renovar su fe y encontrar ayuda divina. Fue allí donde un ángel lo alimentó y Elías reconoció a Yahvé cuando este se manifestó como una suave brisa marina, alejado como estaba de la costa.
El libro de los Reyes relata el desafío de Elías a los profetas de Baal. Para demostrar el poder de Yahvé, Elías reunió al pueblo y a los profetas de Baal, proponiendo dos ofrendas. Se prepararon dos terneros: uno para Yahvé y otro para Baal. Mientras los sacerdotes de Baal invocaban a su dios sin éxito, Elías montó su altar con piedras y troncos. Luego, empapó la ofrenda tres veces y llenó una zanja alrededor del altar con agua. Al invocar a Dios, diciendo: «Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres el Señor y yo tu siervo que he hecho esto en obediencia a tu mandato para que Israel reconozca que tú eres su Dios». Un rayo prendió fuego a la ofrenda, la leña, las piedras y el agua. El pueblo, al presenciarlo, se postró y exclamó: «¡El Señor es Dios!», reconociendo a Yahvé como el único Dios. Tras esto, los profetas de Baal fueron ejecutados y la sequía finalizó con una lluvia torrencial.
Después de estos acontecimientos, Acab, instigado por Jezabel, intentó matar a Elías. El profeta huyó al desierto. Cuando se quedó dormido, un ángel le ordenó caminar cuarenta días hasta el monte Sinaí, donde encontró cobijo en una cueva. Allí el Señor le indicó que eligiera a Eliseo como su sucesor. Eliseo, que significa «Dios es mi salvación». Ambos se retiraron al Monte Carmelo buscando la soledad para dedicarse a la oración, la contemplación y la penitencia, manteniendo así una conexión más profunda con Yahvé.
De este modo, el Carmelo se convirtió en un símbolo de esperanza y un lugar de encuentro con Dios.
En el siglo XIII, un grupo de devotos se refugiaron en el Monte Carmelo para buscar a Dios en oración y soledad. Formaron la orden de «Nuestra Señora del Monte Carmelo», eligiendo a la Virgen María como su guía y patrona.
Según la tradición, la Virgen María se apareció a san Simón Stock, superior general de la Orden, en Aylesford el 16 de julio de 1251. Le entregó el escapulario del Carmen, prometiendo: «Este será el privilegio para ti y para los que lo lleven el día de su muerte. «No padecerán en el fuego eterno y se salvarán». El escapulario marrón del Carmen es un símbolo de la devoción mariana y se asocia con la promesa de salvación para quienes lo lleven al morir. Fue reconocido papalmente en 1587 y respaldado por pontífices posteriores.
La «Estrella del Mar» es una invocación de fe que los marineros dirigen a la Virgen para que los ilumine, les ofrezca protección y esperanza durante sus travesías marítimas. Los carmelitas han desempeñado un papel fundamental en la difusión de esta devoción mariana. Muchos de sus conventos se construyeron en puertos y costas para ofrecer apoyo espiritual.
En numerosas localidades costeras, el Día del Carmen es festivo. Marineros y pescadores bendicen sus barcos, asisten a misa y participan en procesiones por el puerto. Con el tiempo, la devoción a la Virgen como patrona de los marineros se extendió por todo el mundo, arraigando profundamente en España, Portugal e Iberoamérica.
En España, su patrocinio fue reconocido oficialmente en 1789 por la reina María Cristina de Habsburgo.
En el sur de España, a algunos jardines se les denomina carmen. Este término proviene del árabe karm, que significa jardín o huerto. Durante la dinastía Nazarí, un Carmen era una finca rústica ubicada en las afueras de Granada, donde se cultivaban viñas y hortalizas. Con el tiempo, estas fincas ganaron prestigio y fueron adquiridas por las clases adineradas de Granada, convirtiéndose en un elemento central de su vida social.
Juan Pisuerga
PARA MÁS INFORMACIÓN
- Valero Collantes, Ana Cristina. Arte e iconografía de los conventos carmelitas. Universidad de Valladolid.
- Martínez Álvarez, José Antonio (2008). «Templo del Carmen». Celaya. Su centro histórico.
- Borobio, Dionisio (1996). Pastoral de los sacramentos. Salamanca.
- Monte Carmelo. Biblia 2020.