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La colegiata de San Pedro es un notable testimonio del románico del sur de Cantabria. Se alza en un entorno rural y ha sido testigo de siglos de historia. Su riqueza escultórica continúa cautivando a estudiosos y visitantes.

Sus orígenes se remontan al siglo IX, con la fundación de un monasterio benedictino. Con el tiempo, aquel monasterio creció hasta convertirse en un destacado centro religioso y cultural. La historiadora Aria Elo cita una carta del año 853 en la que Ramiro I de Asturias se dirige a la comunidad monástica.

En el siglo X, en esta comarca que formaba parte del condado de Castilla, se habían establecido numerosos montañeses para cultivar la tierra, lo que dio origen a varios núcleos de población. Es posible que el monasterio fuese fundado por el conde castellano Sancho García.

Entre los siglos X y XI, el cristianismo europeo estuvo marcado por las profecías milenaristas que anunciaban el fin del mundo. En el año 975, un sacerdote de París llegó a predicar que el Anticristo aparecería al concluir el primer milenio y que entonces los tiempos se acabarían. No obstante, estas ideas llegaron a la Península de manera muy diluida. Tras el año mil, la comarca comenzó a poblarse de iglesias y abadías.

Entre los documentos más antiguos de Campoo figura el Fuero de Cervatos, concedido en el año 999 por el conde Sancho García y su esposa, doña Urraca, del linaje Banu Gómez de Saldaña. Este documento resulta relevante porque menciona el nombre de “Campoo” en lugar de «Asturias de Santillana«.

La historia del territorio se encuentra estrechamente vinculada a la del último conde de Castilla y rey de León, Fernando I. A partir de 1054, tras derrotar a su hermano García III de Pamplona en la batalla de Atapuerca, Fernando puso bajo su protección a toda la comarca castellana.

Las fuentes jurídicas y documentales indican que, bajo el reinado de Alfonso VIII, Campoo contó con su propio fuero. Así consta en un documento de 1203 que recoge la donación de Fresno, Salces, Nestares, Berzosa y Enmedio a la abadía de Aguilar de Campoo.

El edificio actual de San Pedro de Cervatos se levantó entre los siglos XII y XIII. La colegiata fue consagrada en 1199 y, aunque ha sufrido varias restauraciones, conserva un magnífico estilo tardo románico. Su arquitectura destaca por la armonía de sus proporciones, la solidez de los muros y la riqueza de su ornamentación.

La colegiata fue centro de peregrinación, núcleo económico y lugar de encuentro para la enseñanza y la difusión del conocimiento.

Desde el exterior, el templo tiene un ábside semicircular, una torre de planta rectangular y varias capillas añadidas. Aunque posee numerosos elementos singulares, lo más destacado es su imaginería escultórica.

La torre, de finales del siglo XII, se divide en tres cuerpos separados por impostas. El primero cuenta únicamente con una ventana sencilla; el segundo, con una arquería ciega de arcos apuntados; y el tercero, con dos troneras en cada lado.

El ábside exterior se articula en cinco calles separadas por semicolumnas con contrafuertes de basa. Una imposta ajedrezada lo divide en dos pisos. Entre las columnas se abren tres ventanas de medio punto con capiteles figurados sobre columnas.

La portada principal situada en la fachada sur con su rica decoración es un excelente ejemplo del románico. Está formada por siete arquivoltas decoradas con billetes y baquetones, que descansan sobre capiteles historiados de gran calidad, con representaciones de leones, aves enfrentadas y motivos vegetales. Sobre ellas se dispone un guardapolvo con hojas entrelazadas.

Un pequeño tejado, sostenido por una serie de canecillos, protege la puerta. Estos canecillos, como los del resto de la iglesia, son célebres por su decoración variada y atrevida, que incluye figuras eróticas, animales y escenas de la vida cotidiana. El dintel y el tímpano presentan hojas de pétalos entrelazadas, mientras que el friso superior muestra tres parejas de leones afrontados. En los laterales aparecen relieves algo toscos de temática bíblica: Daniel en el foso de los leones, Adán y Eva, y el arcángel San Miguel.

En la fachada sur se abren dos ventanas situadas a diferentes alturas.

La colegiata alberga una abundante decoración simbólica. Sus capiteles representan escenas bíblicas, de animales fantásticos, motivos vegetales e incluso temas profanos como los de carácter sexual.

Estas escenas eróticas no deben entenderse únicamente como reflejo de la vida cotidiana. La historiadora María Paz Delgado sugiere que pudieron servir para normalizar la reproducción. Otros especialistas en arte románico sostienen que se trata de representaciones simbólicas: parejas entrelazadas, figuras mostrando los genitales, imágenes de sexo oral, formas fálicas o escenas de masturbación que podrían aludir a la lujuria, a los pecados de la carne o a las tentaciones de la carne. De ahí que la colegiata sea conocida popularmente como la «catedral del románico erótico».

Hoy en día, el debate continúa abierto. Algunos interpretan estas imágenes como expresión de fertilidad, mientras que otros las consideran una advertencia contra los peligros del pecado. Más allá de su significado, los capiteles de carácter sexual constituyen un testimonio fascinante de la sociedad medieval, en la que religión y sexualidad coexistían. Son un recordatorio de que la sexualidad ha sido siempre parte esencial de la humanidad y que su representación artística no necesariamente implica escándalo.

En el interior, la iglesia tiene planta de cruz latina con una sola nave que desemboca en un ábside semicircular. El espacio se divide en tres tramos. El arco triunfal y el ábside son románicos, mientras que el cuerpo principal es gótico, como revelan sus ojivas.

Dos impostas dividen el interior del ábside: una a la altura de la base de las ventanas. En la sección inferior hay diez arcos ciegos de medio punto con arquivoltas de baquetón. En la superior hay tres ventanas de medio punto y una imposta ajedrezada de la que nace en un tercer tramo la bóveda.

Hoy en día, San Pedro de Cervatos continúa atrayendo visitantes, sobre todo por su célebre imaginería erótica.

Juan Pisuerga

 

 

 

 

 

 

 

PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR:

  1. García Guinea, Miguel Ángel (2021). Monasterio Colegiata de San Pedro de Cervatos. Enciclopedia del románico en Cantabria.
  2. Español Bertrán, Francesca (1987). El sometimiento de los animales al hombre. Paradigma moralizante en el románico español. V Congreso Español de Historia del Arte.
  3. Le Barbier, Elena (1997). Iconografía musical en el románico de Cantabria: Cervatos. Revista de Musicología.