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El románico es una manifestación artística que se localiza en la península en las cuencas de dos grandes ríos: El Ebro y el Duero.

Antes de la llegada de los romanos a la península ibérica, el valle de Mena estaba habitado por los pueblos étnicos de los várdulos, los caristios y autrigones que habían sido desplazados de sus primitivos asentamientos en el suroeste de los Pirineos por tribus vascas. Se establecieron entre la región suroriental de Cantabria y el norte de Burgos. Un territorio conocido como las Vardulias por la hegemonía demográfica de los várdulos.

Durante el imperio romano, la comarca dependió administrativamente del convento jurídico de Clunia. Esta administración se mantuvo durante buena parte de la denominación visigoda. El rey Leovigildo montó varias campañas militares contra cántabros y vascones para afianzar el poder de Toledo. Una vez conquistada la franja norte, fundó la ciudad de Victoriaco y fundó un enclave militar, jurídico y administrativo para vigilar a los habitantes de la comarca subpirenaica occidental y las vías de comunicación con la Aquitania ocupada por los francos merovingios. Por otra parte, fundó el ducado de Cantabria, con sede en Amaya, y con autoridad desde Astorga hasta el oeste de Álava. 

Con Alfonso II hubo un periodo de relativa paz con Córdoba por las luchas dinásticas musulmanas y surgió un impulso expansivo de los habitantes del reino asturiano que emigraron a los valles del sur de la cordillera cantábrica.   Son conocidos los primeros desplazamientos de los habitantes de Castro Urdiales, Laredo y Miera que, atravesando los puertos de la cordillera cantábrica, se instalaron en los valles de la vertiente sur. Los colonos hicieron presuras en Bercedo, Espinosa de los Monteros, Valdegovia, La Llosa y Villarcayo y en el Valle de Mena.

Las presuras fueron una forma de apropiación del terreno basándose en el derecho romano. Un mecanismo original de repoblación, que se inició a finales del siglo VIII y durante el siglo IX. Los colonos se apropiaban de un terreno yermo para cultivarlo. Los colonos, montañeses y vizcaínos por este procedimiento se convertían en propietarios. El terreno ocupado tenía que estar cultivado y rotulado para convertirse en propiedad, pero si se abandonaba o dejaba de cultivar, se perdía el carácter posesorio y de transmisión. La palabra presura aparece en el Diccionario de la Real Academia como la aprehensión u ocupación de un terreno.

La presura fue una fórmula jurídica de colonización apoyada por la iglesia. Alrededor de un templo se levantaban casas que dieron lugar a núcleos poblacionales.  A veces los colonos donaban a la Iglesia terrenos, molinos, huertas o viñedos. Con estas donaciones se fueron creando más iglesias y monasterios.

En el Valle de Mena había excelentes espacios naturales, con una vegetación exuberante, que alternaba con amplios pastos para la ganadería. Este valle, situado entre Cantabria, las vascongadas y el norte de Burgos, fue una importante zona de paso que favoreció la construcción de numerosos templos románicos entre los siglos XI y XIII y que ha dejado una profunda huella en el valle.

El románico del Valle de Mena es uno de los más interesantes y mejor conservados del románico rural castellano. Los templos del valle tienen una serie de parámetros comunes: Están construidos en piedra arenisca. Son iglesias de una sola nave cubiertas con bóvedas de cañón en el cuarto del edificio y de un cuarto de esfera en los ábsides semicirculares. Las puertas tienen arquivoltas abocinadas, decoradas con motivos geométricos o vegetales. En los capiteles hay escenas bíblicas, animales del bestiario y decoración vegetal. Casi todos los templos tienen espadañas en vez de torres.

Aunque son numerosos los edificios románicos, destacan por su monumentalidad Santa María de Siones y San Lorenzo de Vallejo. Hay otros templos menos significativos, pero que señalan al arte románico menés, como son San Miguel de Taranco, Santa María de Lezana de Mena o San Pedro de Vallejo de Mena.

 Juan Pisuerga

PARA MÁS INFORMACIÓN, CONSULTAR

1– GARCÍA DE CORTÁZAR, J. A. (1982), La Historia Rural Medieval: Un esquema de análisis estructural de sus contenidos a través del ejemplo hispanocristiano, Santander, Universidad de Cantabria.

2-LAPESA, R. (2003), Léxico hispánico primitivo, Real Academia Española–Fundación Ramón Menéndez Pidal. Madrid.

3-LARREA, J. J. (2007), Construir iglesias, construir territorios. Victoria

4-MENÉNDEZ PIDAL, R. (1975) Historia de España. Espasa Calpe. Madrid.

5-PEÑA BOCOS, E. (1993), “Las presuras y la repoblación del valle del Ebro en el siglo IX.

6- GARRIDO HERNANDO, J. L. y GARCÍA GUINEA, M. A. (1991).  Seminario, repoblación y reconquista Aguilar de Campoo. Fundación Santa María la Real, Centro de Estudios del Románico.

7- LADRÓN DE GUEVARA (2015). Historia del valle de Mena. Burgos.

8- GARATE GOÑI, ALBERT Valle de Mena. (2023). Enciclopedia Auñamendi. Victoria