EL CONDADO DE MONZÓN:
UNA HISTORIA DE PODER Y ESTRATEGIA
El Condado de Monzón, en el corazón de los campos góticos del Reino de León, tuvo unos límites que fluctuaron a lo largo del tiempo. Registrado por primera vez en el año 943, este condado fue un bastión de la familia Ansúrez hasta su eventual integración en los dominios del Condado de Castilla alrededor del 985. Con el ascenso del rey Fernando I, el título condal de Monzón desapareció, transformándose la zona en una merindad en el siglo XI.
Fernando Ansúrez I fue una figura clave en la repoblación de los Montes de Oca. Su carrera política fue tumultuosa: nombrado conde de Castilla en 916, perdió su dignidad condal y fue encarcelado tras la derrota de Valdejunquera en 920, por orden de Ordoño II. Una vez en libertad, el rey lo rehabilitó como conde de Burgos. En 926, Fernando recuperó el título de conde de Castilla, ostentándolo hasta 929. Fue un firme partidario de Alfonso IV en la contienda dinástica contra su hermano Ramiro II, y Fernando Ansúrez desaparece de los registros documentales después del 932. Su sucesor fue el castellano Nuño Fernández.
Fernando Ansúrez estuvo casado con Muniadonna, cuyo linaje permanece desconocido. Su hijo, Asur Fernández, aparece documentado en 929 junto a su padre y Fernán González, lo que sugiere una temprana vinculación con las figuras prominentes de la época.
Asur Fernández demostró su valía militar participando en la decisiva victoria de Simancas contra Abderramán III en 939. Su cercanía a la corte leonesa se evidencia en 941, cuando figura al lado del rey en un documento.
La victoria de Simancas permitió a los cristianos expandirse más allá del Duero. En este contexto, el rey nombró a Asur Fernández conde de Monzón en 943, confiándole la misión de gobernar un vasto territorio y repoblar las tierras al sur del río.
Asur y su esposa Gontrodo, hija de Nuño Vela, fueron activos en la promoción monástica, donando propiedades en Sacramenia y Peñafiel al monasterio de San Pedro de Cardeña. Tuvieron varios hijos: Oveco, Gonzalo, Osorio, Munio, Gutier y Nuño. Aunque Fernando Ansúrez II fue su primogénito y heredero. Sorprendentemente, solo Fernando, Gonzalo y Munio aparecen documentados cuando Asur fue nombrado conde de Monzón, lo que sugiere una reorganización familiar.
El Condado de Monzón se encontraba estratégicamente ubicado entre el Condado de Castilla de Fernán González y el de Saldaña de Diego Muñoz, lo que naturalmente generaba tensiones al limitar la expansión de estos poderosos vecinos. Esta situación llevó a la rebelión de ambos condes, quienes fueron encarcelados por el rey. Durante la ausencia de Fernán González, el infante Sancho el Craso se desempeñó como gobernador de Castilla, con el asesoramiento de Asur Ansúrez, lo que destaca la influencia de los Ansúrez en la política del reino.
En 945, tras reconciliarse con el rey, Fernán González recuperó el título de conde de Castilla, aunque el infante Sancho continuó residiendo en Burgos, señal de la complejidad de las relaciones de poder.
Tras la muerte de Asur Fernández en 947, su primogénito Fernando Ansúrez II heredó el Condado de Monzón. En 950, realizó una significativa donación a la Iglesia de Ampudia, una de las villas del condado. El período entre 947 y 950 presenta un cierto vacío documental y algunos episodios oscuros para los historiadores, lo que es común en el estudio de los linajes de esta época.
El prestigio del Condado de Monzón y del linaje Ansúrez se elevó considerablemente cuando Teresa Ansúrez, hija de Asur Fernández y hermana de Fernando Ansúrez II, contrajo matrimonio con el rey Sancho I de León. Este enlace real significó un notable incremento del poder político para la familia Ansúrez.
Bajo el liderazgo de Fernando Ansúrez II, el condado alcanzó su máximo esplendor. Su influencia era tal que, en 974, envió una embajada al califa Al-Hakam II, liderada por su hermano Gonzalo. La delegación fue recibida en Medina Azahara, evidenciando la importancia de Monzón en las relaciones diplomáticas con Córdoba y la continuidad de los pactos.
El rey concedió a Fernando Ansúrez II el título de conde de Peñafiel, consolidándolo como uno de los personajes más poderosos del reino leonés. En agosto de 976, realizó importantes donaciones de terrenos, pueblos y villas al Monasterio de Sahagún. Fernando Ansúrez II murió en 979 sin herederos directos, y el título condal recayó en su hermana, quien estaba casada con Sancho I de Castilla. El hijo de esta unión sería coronado rey como Ramiro III, marcando el fin de la línea directa del Condado de Monzón, cuya administración pasaría a manos del conde de Castilla, García Fernández.
Juan Pisuerga
PARA MÁS INFORMACIÓN
1-López Mata, Teófilo. (1957). Geografía del Condado de Castilla a la muerte de Fernán González. Madrid: Instituto Jerónimo Zurita.
2-Martínez Díez, Gonzalo. (2004). El Condado de Castilla. Valladolid: Junta de Castilla y León.
3-«Los Condados de Carrión y Monzón: sus fronteras». Actas del I Congreso de Historia de Palencia. Castillo de Monzón de Campos: Diputación Provincial de Palencia.
4-Pérez de Urbel, Justo. (1969). El Condado de Castilla. Los 300 años en que se hizo Castilla. Madrid: Siglo Ilustrado.
5-San Martín Payo, Jesús. (1988). «Las primeras donaciones de los condes de Monzón a Santa María de Husillos». Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses (59): 297-350.
6-Villa Calvo, Nicolás. (2002). Historia documentada del Condado de Monzón. Monzón de Campos: C.I.T. Bajo Carrión.
NOTA