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SANCHO GARCÉS I, REY DE PAMPLONA.

Corría el año 841 cuando García Iñiguez, el hijo de Iñigo Arista, que se estaba instruyendo en Córdoba, fue reclamado por su padre, que se había quedado paralítico, para regentar el territorio pamplonés. Un año después, en el 842, tuvo que apoyar a su tío Musa Ibn Musa cuando se rebeló contra Córdoba por el nombramiento de Al-Kulaby como gobernador de Tudela. Abderramán II respondió atacando, derrotando y saqueando las tierras de los muladíes y las del pirineo sur occidental de los Arista.

En el año 851 murió Iñigo Arista y García Iñiguez heredó los territorios de la comarca pamplonesa y el gobierno del linaje. Estaba casado con Urraca, con la que tuvo a Fortún Garcés, Sancho Garcés y Onneca.

En el año 859, García Iñiguez pactó con el rey de Asturias Ordoño I para detener a los muladíes, que habían levantado una peligrosa fortaleza en Albelda. La victoria fue para los aliados que destruyeron el castillo. En represalia, Mohamed invadió el territorio pamplonés devastando de nuevo sus territorios en el año 860. Durante la aceifa, capturó al primogénito de García Iñiguez, Fortun Garcés, y a la hija de este, Onneca, a los que llevó como rehenes a Córdoba.

 García Íñiguez murió en el año 870 y, como el heredero Fortún Garcés estaba cautivo en Córdoba, fue nombrado regente de Pamplona García Jiménez, casado con Onneca Rebelle de Sangüesa, con quien tuvo dos hijos. Contrajo un segundo matrimonio con Dadilsis de Pallars, señora de Sobrarbe y hermana del poderoso conde Ramón I de Ribagorza y Pallars, con quien tuvo dos hijos, Sancho Garcés y Jimeno Garcés.

Después de veinte años de su cautiverio en el 882, Fortún Garcés fue liberado y regresó con su hija Onneca a Pamplona para ocupar el poder territorial que le correspondía y la jefatura del clan familiar. Su hija Onneca se casó con el conde de Aragón Aznar Galíndez II.

Fortún mantuvo una política de compromiso con los Banu Casi, que no era del agrado de sus nobles y magnates pamploneses. Se dedicó a hacer obras de caridad y a la oración, pasando largas temporadas recluido en el monasterio de Leire.

En el año 855, el primogénito de García Jiménez, Sancho Garcés, un joven inquieto y ambicioso, gobernaba en una pequeña comarca entre el sureste de Pamplona y el norte de Saragusa y comenzó a expandir su influencia y poder en los territorios circundantes.

 En el año 905, Sancho Garcés entró en Pamplona, todavía gobernada por Fortun Garcés. Le acompañaron magnates pamploneses, los condes de Pallars y Ribagorza, los señoríos de Leire y Sangüesa, y sobre todo Alfonso III el Magno. Fortún Garcés, aceptando a Sancho Garcés como gobernador, se recluyó en la tranquilidad espiritual del monasterio de Leire.

Sancho Garcés fue proclamado rey de Pamplona en el año 905, sostenido en el trono por el rey leonés que necesitaba un fuerte aliado en la frontera oriental para detener los ataques musulmanes que llegaban por el cauce del Ebro a las tierras alavesas y castellanas. Sancho, considerado como el primer rey de Pamplona, dio a la dinastía el nombre de Jimena por su padre García Jiménez.

Sancho Garcés, desde su autoridad real, retiró los derechos dinásticos al trono de los hijos de Fortun Garcés. La herencia recayó en Toda, nieta de Fortun, con quien contrajo matrimonio. Así pues, Toda Aznárez tenía los derechos jurídicos sucesorios del territorio pamplonés. Era heredera por ser nieta por línea materna de Onneca y por línea paterna por ser biznieta de García Íñiguez de Pamplona. Su matrimonio con Sancho Garcés unía a los dos grandes linajes pamploneses: Los Arista y los Jimeno.

Al morir el conde de Aragón, Sancho Garcés ocupó sus tierras basándose en los derechos sucesorios de su mujer Toda Arnáez; la hija de Fortun, Onneca, se había casado al regresar de su cautiverio con Aznar Galíndez II, conde de Aragón. Sancho ignoró los derechos de la prima de su mujer, casada con el gobernador muladí de Huesca, creando una crisis sucesoria que Toda resolvió por vía diplomática.

El proyecto inicial de Sancho Garcés era conquistar las comarcas de los valles medios del Ebro, territorios de los Banu Casi, por lo que mantuvo con ellos varios enfrentamientos. En uno de estos derrotó y dio muerte a Lope Ibn Mohamed. E

La alianza político-militar y parenteral permitió que ambos reinos se entregaran a la conquista y repoblación. Los pamploneses de los valles medios del Ebro y los leoneses de los valles altos y de los territorios que desde la cordillera cantábrica se extendían hasta el Duero.

Sancho en el año 911 montó una ofensiva contra el gobernador de Huesca. En el año 918, las discrepancias territoriales de los Banu Casi hicieron que Sancho Garcés pidiera ayuda a Ordoño II. Las fuerzas de ambos conquistaron las plazas de Calahorra y Nájera y se rindieron Valtierra, Tudela y Tarazona. Se apoderó de Nájera y de las cuencas media y alta del río Oja, que entregaron como reino al hijo de Sancho, García Sánchez I.

Los pamploneses querían recobrar los valores y el patrimonio de sus antepasados, como estaban haciendo los leoneses. Sancho había conquistado con Ordoño II los valles altos y medios del Ebro y del río Oja, lo que permitió a los colonos pirenaicos establecerse en esas ricas comarcas.

La articulación sociopolítica de Pamplona cambió con la adquisición de La Rioja.

Sancho formó un escudo defensivo para que los cordobeses no utilizaran los caminos de Álava. La cuenca del río Oja fue un escudo defensivo y una plataforma para avanzar en años posteriores hasta la frontera del Duero.

En los primeros años del siglo X, el prestigio y el poder militar de la dinastía pamplonesa radicaban en la personalidad de Sancho Garcés I, quien, habiendo recibido un pequeño reino pirenaico, lo amplió hasta límites insospechados.

En el año 925 muere Sancho Garcés en las orillas del Ebro, cerca de Calahorra; su caballo se desbocó y se despeñó con su jinete por un barranco. Varios historiadores han tomado ese episodio como cierto, pero no está bien documentado.

García Sánchez I, con solo seis años, se convirtió en rey de Pamplona y, a instancias de su madre, trasladó la sede cortesana a Nájera.

Juan Pisuerga

 

PARA MÁS INFORMACIÓN

1-García-Osuna Rodríguez, José María Manuel (2010). «Nace el Reino de Pamplona. Sancho I Garcés de Pamplona «El Grande» en el alto medievo. Revista del Centro de Estudios Merindad de Tudela (18):

2-Lacarra de Miguel, José María (1945). «Textos navarros del códice de Roda». Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón 2021

3-Caja de Ahorros de Navarra. Sancho Garcés I. Historia política del Reino de Navarra. Pamplona:

4-Martín Duque, Ángel J. (1993). «Génesis del Reino de Pamplona». Historia de Navarra (Diario de Navarra)

5-MENÉNDEZ PIDAL, R. 1974. Historia de España. Madrid: Espasa Calpe.