Skip to main content

ÍÑIGO ARISTA.

UN PRÍNCIPE CRISTIANO

 Roma mantuvo una buena relación con las tribus vascas durante la conquista de la península. De hecho, Pompeyo el Grande fundó Pamplona cuando combatió contra Sertorio en Hispania. Sin embargo, la sintonía no fue la misma con los visigodos. Prueba de ello es que el rey Rodrigo estaba combatiendo a los vascones en el 711, justo cuando Tarik entraba en la península.

Cuando Muza, con su ejército, llegó al valle medio del Ebro, envió un destacamento musulmán a la comarca subpirenaica para establecer pactos con pueblos cuya habla resultaba ininteligible. A cambio de un tributo anual, se les permitiría conservar sus costumbres y tradiciones.

Íñigo Jiménez fue un hispano-godo y señor de Leire, Hecho y Sangüesa, que se casó con Oneca. Fruto de esta unión nació Íñigo Arista, quien sería nombrado conde de Bigorra. Tras la muerte de Íñigo Jiménez, Oneca contrajo un segundo matrimonio con Musa Ibn Fortún, líder del clan muladí Banu Casi. De esta unión nacieron seis hijos, entre ellos Mutarrif, valí de Pamplona, y Musa Ibn Musa, ambos medio hermanos de Íñigo Arista.

Los musulmanes gobernaron Pamplona con el vali Mutarrif hasta que fue asesinado en el año 805, momento en que la ciudad pasó a manos del franco Velasco.

La leyenda cuenta que, en el año 810, sus hombres alzaron a Íñigo Arista sobre su escudo en el monte Oroel, proclamándolo «príncipe de cristianos». Se convirtió así en el primer caudillo de la comarca de Pamplona, que abarcaba desde los Pirineos occidentales hasta el altiplano meridional.

Pamplona era entonces un núcleo urbano amurallado y multicultural. En su seno convivían musulmanes, judíos, aquitanos, vascones, muladíes, francos e hispano-godos, quienes establecieron pactos de convivencia a pesar de sus diferencias políticas y religiosas, pero las tensiones y focos de rebeldía estaban presentes. Aunque la mayor parte de la población era musulmana, también había judíos y minorías cristianas de hispano-godos y aquitanos, además de vascos con creencias desconocidas.

En el año 812, Ludovico Pío envió una expedición a Pamplona y al Alto Aragón para respaldar al gobernador, asediado por constantes sublevaciones. Los condes francos Eblo y Aznar llegaron a Pamplona para restaurar el orden, asesinando a numerosos lugareños. Al regresar, los expedicionarios tomaron a mujeres y niños como rehenes, buscando evitar una emboscada como la de 778. Volvieron por Valcarlos, pero Íñigo Arista, con el apoyo de los Banu Casi, les tendió una emboscada que se conocería como la segunda derrota de Roncesvalles.

Íñigo logró controlar Pamplona y los valles occidentales al sur de los Pirineos, mientras los Banu Casi dominaban las ricas riberas del Ebro. Se cree que Íñigo Arista se casó con una hermana del conde de Aragón Aznar Galíndez. Tuvieron cuatro hijos: García Íñiguez, su sucesor; Assona Íñiguez, quien se casaría con su tío Musa Ibn Musa; Galindo Íñiguez de Pamplona; y Nunila, que contrajo matrimonio con «García el Malo» con una curiosa a sus espaldas.

«García el Malo» estaba casado con Matrona, hija del conde de Aragón Aznar Galíndez. Sin embargo, García el Malo asesinó a su cuñado Céntulo, repudió a su mujer y se casó con Nunila, la hija de Íñigo Arista, con quien tuvo un hijo llamado Galindo Garcés. Aznar Galíndez intentó derrotarle, pero García el Malo, con el apoyo de las huestes de Íñigo Arista, le venció en el año 820 y se autoproclamó conde de Aragón.

Aunque Arista ha sido considerado el primer rey de Pamplona, esta afirmación no es del todo precisa. En el año 841, quedó paralítico, y su hijo, García Íñiguez, casado con Urraca, asumió el gobierno de la comarca.

En el año 843, Musa Ibn Musa se rebeló contra Córdoba. García Íñiguez, primogénito de Íñigo Arista, se vio obligado a apoyar a su tío contra Abderramán. El emir envió un destacamento a la Marca Superior que obtuvo una rotunda victoria y restableció la obediencia al emirato. García Íñiguez salió beneficiado: aunque tuvo que rendir vasallaje al emir, logró gobernar la comarca pamplonesa, mantener el cristianismo y la sede episcopal en Pamplona. Córdoba lo reconoció como señor del territorio.

Iñigo Arista murió en el año 851.

En 853, el territorio pamplonés juraría lealtad a los francos por última vez.

En el año 859, García Íñiguez envió a algunos pamploneses a ayudar a Ordoño I de Asturias en la batalla de Albelda, donde derrotaron a Musa Ibn Musa. Esta victoria debilitó en parte el poder de los Banu Casi y enfrió la relación de las dos familias.

En el año 860, Mohamed I invadió el territorio pamplonés, devastando sus tierras y conquistando algunos castillos. Capturó al hijo de García Íñiguez, Fortún Garcés, y a su hija Oneca, manteniéndolos como rehenes en Córdoba para asegurar el cobro de los tributos.

Juan Pisuerga

MÁS INFORMACIÓN.

  • Bazán, Iñaki (2002 De los tiempos oscuros al esplendor foral: historia de Vasconia. Madrid: La esfera de los libros.
  • Cañada Juste, Alberto (2011). «En los albores del reino, ¿dinastía Íñigo?, ¿dinastía Jimena?».
  • Domingo La Ripa (1688). «Del origen y ascendencia de don Iñigo Garcia Jiménez, cognominado comúnmente Arista». Diputación Zaragoza.
  • Lacarra de Miguel, José María (1945). Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón.
  • Martín Duque, Ángel J. (1983). Pamplona Dpto. de Educación y Cultura.
  • Menéndez Pidal (1999). El Reino de Pamplona. Historia de España. Madrid: Espasa Calpe.
  • Martínez Díez, Gonzalo (2007). Rex ibericus. Madrid.