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EL CONDE CASIO:

 Su conversión al islam. La wala.

Casio fue un conde visigodo que, a principios del siglo VIII, gobernaba una parte del valle medio del Ebro, lo que hoy conocemos como la región de Zaragoza. Cuando los musulmanes llegaron a la península, Casio tomó una decisión estratégica: colaborar con los invasores y convertirse al islam. De ese modo, pudo seguir administrando sus territorios mediante un antiguo vínculo preislámico conocido como la wala.

Las crónicas árabes no dedican mucha atención a este noble, lo que sugiere que no debió de ser una figura de gran relevancia. Solo mencionan que gobernaba las riberas del valle medio del Ebro y las plazas de Tudela, Tarazona y Arnedo. Sin embargo, no ofrecen detalles sobre su participación en la ocupación del valle, ni sobre su patrimonio o la población bajo su control.

El caso de Casio, aunque notable por su trascendencia histórica, no fue único. Muchos magnates visigodos optaron por unirse al islam para mantener el control de sus regiones. De hecho, el enciclopedista Ibn Hazm, dos siglos más tarde, confirmó que Casio se convirtió al islam, al igual que otros notables peninsulares.

Todos los nobles visigodos que se islamizaron tuvieron que viajar a Damasco junto a Muza para rendir cuentas y mostrar su lealtad al califa omeya Walid I. Este viaje, que el cronista Ibn al-Qûtiyya describe como el de los «cuatrocientos hijos de reyes», tenía un objetivo claro: conseguir la adhesión a los conquistadores y, para estos, conservar sus cargos en la nueva administración.

Los conquistadores musulmanes fueron pragmáticos. Para asegurar el control de los territorios, se apoyaron en la estructura existente: los condes visigodos e incluso en los obispados.

A su regreso de Damasco, Casio selló una alianza importante al pactar el matrimonio de su primogénito con Asima Abd al-Aziz, una joven musulmana de una influyente familia árabe cordobesa.

Casio fue el fundador del linaje de los Banu-Casi. Tuvo cinco hijos: Fortun ibn Casin, su primogénito, heredero y futuro líder del clan; Zahir ibn Fortun; Abu Salama; Yunus y Yahyá. Casio falleció poco después de su viaje a Damasco, en febrero del año 715.

Los visigodos que acompañaron a Muza jugaron un papel destacado a finales del siglo IX. El ascenso de estas familias visigodas fue fulgurante, pero supuso inicialmente el declive de sus grandes linajes, que en pocos años fueron despojados de todo su patrimonio. Esto no ocurrió por derecho de conquista o por derecho romano, sino por la wala. Esta institución no solo implicaba vasallaje, sino que era un código social, militar, político y religioso completo. Gracias a ese código, los conversos podían alcanzar el poder y acceder a cargos públicos.

A menudo se ha señalado que Casio en Zaragoza, Teodomiro en Murcia y, en general, los witicianos estuvieron vinculados a los ocupantes. Sin embargo, no existe documentación clara que lo confirme, y es crucial matizar que los compromisos a los que llegaron fueron muy distintos. Teodomiro, en Murcia, firmó un pacto que le permitía conservar sus prerrogativas y su religión a cambio de pagar una serie de impuestos a los musulmanes. Los habitantes de su comarca quedaron protegidos por el islam. Esto probablemente se debió a que Teodomiro y los witicianos representaban a la nobleza visigoda. Aunque no hay detalles de un pacto, los witicianos conservaron o incluso aumentaron su patrimonio y pudieron seguir su culto cristiano gracias a su apoyo a la conquista de al-Ándalus. Un ejemplo notable es el obispo Oppas, que participó en la toma de Amaya y en la batalla de Covadonga.

La relevancia de la wala fue enorme y acorde con la vasta extensión de los territorios conquistados. La conversión de la alta nobleza visigoda se podía hacer de tres maneras: una formal o ideológica, otra relacionada con la modalidad de adhesión y una tercera ligada a la integración en un linaje. Por ejemplo, la hija del conde Teodomiro se casó con Abd al-Jabbâr ibn Khattab, miembro de un grupo sirio de Balj. Este matrimonio formó una poderosa familia, pero el linaje de Teodomiro se extinguió rápidamente, absorbido por los Banu Khattâb, junto con todo su patrimonio.

Fortunius Casius, el primogénito del conde Casio, adoptó el nombre de Fortún ibn Casi en el año 714, cuando su padre se convirtió al islam. Tras la muerte de su progenitor, Fortún heredó el gobierno de Nájera, Tudela y Tarazona, y fue nombrado por Córdoba valí de Zaragoza.

Fortún ibn Casi se casó con Asima Abd al-Aziz. De este matrimonio nacieron dos hijos: Musa ibn Fortun y Zahir ibn Fortun. Musa, el mayor, llegó a ser gobernador de Arnedo, Zaragoza y Tarazona.

Juan Pisuerga

 

 

PARA MÁS INFORMACIÓN:

  1. Cañada Juste, Alberto (1980). «Los Banu Qasi (714-924)». Príncipe de Viana.
  2. Lorenzo Jiménez, Jesús (2010). Los Banū Qasī: origen, auge y caída de una dinastía muladí en la frontera superior de al-Ándalus. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
  3. Martínez Díez, Gonzalo (2005). El Condado de Castilla (711-1038): la historia frente a la leyenda. 2 tomos. Valladolid
  4. Menéndez Pidal, Ramón. Historia de España. Espasa Calpe, S.A. 1974.