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EL VOCABLO CASTILLA.

El origen del nombre Castilla

La invasión musulmana supuso el fin de la antigua división administrativa visigoda. No está claro si las Vardulias y Álava eran demarcaciones separadas, aunque los cronistas árabes las consideraban una única circunscripción.

Durante el emirato de Hisham I, Córdoba sufrió varios conflictos dinásticos y sublevaciones de los yemeníes en la Marca Superior. Las tropas cordobesas del emir terminaron con ellos,  ayudados por los muladíes, por los Banu Casin en el noreste peninsular.

En el año 791, el emir proclamó la guerra santa. Esa primavera, dos ejércitos marcharon contra el reino astur: Uno por Al-Qila y otro por Galicia, que derrotaron a Bermudo.

Años más tarde, en el 793, durante el reinado de Alfonso II, la comarca de Al-Qila fue atacada de nuevo, y las fuerzas cristianas sufrieron otra derrota a manos de los cordobeses. En el 794, dos nuevos ejércitos invadieron el reino. Uno avanzó otra vez por Al-Qila y el otro por Astorga, llegando hasta Oviedo. Sin embargo, a su regreso, Alfonso II los aplastó en la batalla de Lutos.

Con los reinados de Ramiro I y Ordoño I, los colonos montañeses comenzaron a emigrar hacia los valles del sur de la cornisa cantábrica. Allí se dedicaron a levantar iglesias, monasterios, cultivar la tierra y fundar pueblos y aldeas.

La primera vez que la palabra Castilla aparece en la documentación cristiana es en el año 800, en el monasterio de San Emeterio y San Celedonio de Taranco, en el valle de Mena. Un documento de esa época da fe de la donación de terrenos al monasterio por parte del abad Vitulo. No obstante, algunos historiadores creen que este documento es apócrifo, ya que parece haber sido escrito en el siglo XII.

La palabra Castilla ha sido objeto de estudio etimológico. El plural de «castellum» tiene varios significados, pudiendo traducirse como «castillo», «fortaleza» o «pueblo de montaña». De hecho, el término «castro» era comúnmente usado para referirse a pueblos montañeses amurallados.

El vocablo «Castela» se relaciona con «castellum», que a su vez es un diminutivo romano de «castro», es decir, «pequeña fortaleza de montaña». Fueron los cronistas árabes quienes comenzaron a llamar Castela a las Vardulias, por sus numerosas fortalezas, torres y atalayas.

La Crónica Silense lo confirma: «Las Vardulias es la tierra que ahora llamaremos Castela».

La palabra Castilla, documentada por primera vez en crónicas árabes, fue adoptada por los hispano-godos de las Vardulias.

Desde sus orígenes, el nombre de Castilla se ha asociado a un territorio lleno de fortificaciones, y existe un amplio consenso entre los historiadores de que Castilla significa «tierra de castillos». La historiografía tradicional ha identificado el topónimo Castella con «Tierra de castillos». Sin embargo, algunos medievalistas cuestionan esta interpretación, sugiriendo que Castela podría significar «pueblo fortificado de montaña». Argumentan que la derivación común de Castilla es incorrecta. Aunque aceptan que la palabra proviene de Castrum y que evolucionó a Castellum, lo que justificaría el topónimo. Discrepan sobre su origen, señalando posibles raíces de voces celtibéricas preexistentes. Los primeros habitantes de estas tierras tenían su propia escritura, como se ha demostrado en los silabarios. Con la llegada del alfabeto griego y latino, vincularon sus raíces lingüísticas a la nueva lengua, perdiendo muchas palabras y fonemas de sus idiomas étnicos.

Los castellanos serían los sucesores de estos pueblos étnicos y el término castro sería la antigua denominación de «castillo». Castrum provendría del griego y se referiría a un edificio erigido en un promontorio. Esta teoría se apoya en que los hispano-godos incorporaron voces griegas y latinas, además de términos celtíberos, algunos de los cuales aún perduran en nuestro léxico. Es importante destacar que al topónimo Castilla le faltan el sustantivo «Tierra» y la preposición «de» en los documentos antiguos, aunque se dan por supuestos. Argumentan que los pueblos étnicos no utilizaban la ortografía latina, y para ellos Castilla habría sido Kastilla. Ante esta teoría, cabe señalar que en el año 800 los habitantes de las Vardulias eran hispano-godos. En el lenguaje íbero, Kastilla significa «tierra de castillos». Los pueblos étnicos, con la llegada del latín, adoptaron una nueva ortografía, pero perdieron algunas funciones de su lengua. El significado de Kastilla podría ser un acrónimo formado por la suma de los lexemas: KA-STIL-LA, tres elementos claramente identificables. Kastilla sería, por tanto, una palabra ibérica que se refiere a «objetos largos y estilizados», como una torre, un molino o un edificio de piedra en un promontorio.

Existe un amplio consenso en que Castilla significa «tierra de castillos». No obstante, una sorprendente teoría lingüística explica su etimología a partir de los fonemas étnicos, pero en realidad podemos afirmar con seguridad que Castilla es, en efecto, «tierra de castillos».

Juan Pisuerga

PARA MÁS INFORMACIÓN:

1-Carrasco Lazareno, María Teresa (2012). «El sello real en Castilla: tipos y usos del sellado en la legislación y en la práctica documental (siglos XII-XVII)». MadridUniversidad Complutense de Madrid. . 

2-Martínez Díez, Gonzalo (2005). El Condado de Castilla (711-1038). La historia frente a la leyenda. Valladolid: Junta de Castilla y León

3-Moreno Fernández, Francisco (2005). Historia social de las lenguas de España. Ariel.

4-Sánchez Candeira, Alfonso (1999).  Castilla y León en el siglo X, estudio del reinado de Fernando I. Madrid: Real Academia de la Historia.

4-Valdeón Baruque, Julio (2000). «Castilla y los vascos, año 1200». La aventura de la historia (22). 2014.

5- MENENDEZ PIDA. Historia de España. Espasa Calpe. 1974.